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- Puebla, Pue. México.

17ocde01Los gobiernos deben implementar políticas más ambiciosas para enfrentar los desafíos generales que enfrenta la agricultura, en particular, dejar el apoyo directo a los agricultores y optar por brindar mayor ayuda a los sistemas de innovación que promuevan la productividad y la sostenibilidad, según un nuevo informe de la OCDE.

Seguimiento y evaluación de las políticas agrícolas 2016 encuentra que el apoyo a los productores en los países de la OCDE se redujo aproximadamente a la mitad de su intensidad en los últimos 30 años, y ahora asciende al 17% del ingreso agrícola bruto. Los niveles de apoyo promedio en las economías emergentes se incrementaron desde niveles muy bajos o incluso negativos, hasta aproximarse al nivel promedio de los países de la OCDE.

Los promedios encubren niveles muy divergentes de apoyo entre los países:

· Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Israel, Kazakstán, México, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Ucrania, Estados Unidos y Vietnam tienen niveles de apoyo inferiores –en algunos casos bastante menores— al promedio de la OCDE.

· Los niveles de apoyo en la Unión Europea (en conjunto), la Federación Rusa y Turquía rondan el promedio de la OCDE, mientras el de China es sólo ligeramente mayor.

· Los niveles de apoyo en Indonesia son mucho más altos, pero siguen todavía muy por debajo de los niveles más altos de apoyo proporcionados por Islandia, Japón, Corea, Noruega y Suiza.

En conjunto, los 50 países incluidos en el informe de este año proporcionaron un promedio anual de USD 585 mil millones (EUR 469 mil millones) de apoyo a sus productores agrícolas en el periodo 2013-2015, y otros USD 87 mil millones (EUR 69 mil millones) para los servicios  generales que apoyan al sector.

El informe muestra que en toda la OCDE se ha avanzado en forma gradual para apartarse de instrumentos de política posiblemente distorsionadores, como el apoyo a los precios y los subsidios a los insumos, en aras de políticas que no influyan directamente en las decisiones de producción agrícola. Eso ha ocurrido en distintos grados y a diferentes velocidades, con cambios especialmente lentos en el grupo de países con los niveles más altos de apoyo y de protección.

Al mismo tiempo, se muestra que algunas economías emergentes se mueven en la dirección contraria, al incrementar el uso de políticas de apoyo vinculadas con los precios y la producción. En promedio, en los países estudiados el 68% del apoyo a los agricultores se proporcionó en la forma de apoyo a los precios de mercado, pagos basados en la producción o el uso de insumos sin limitaciones. Estas medidas distorsionan las decisiones de producción, y pueden distorsionar los mercados y el comercio en forma considerable.

La OCDE señala que es necesario reorientar las políticas alimentarias y agrícolas actuales, con un cambio específico de enfoque en sus políticas agrícolas para abocarse a las nuevas oportunidades y desafíos que enfrenta el sector: mejorar el crecimiento de la productividad, el uso sostenible de los recursos naturales y la capacidad de recuperación de los hogares agrícolas.
 
Es necesario hacer inversiones en la gente —educación, habilidades y en algunos casos servicios de salud—, así como en infraestructura física estratégica y en sistemas de innovación agrícola que respondan a las necesidades de los productores y los consumidores.

Debe destinarse menos gasto público para apoyo directo a los agricultores, sobre todo a los tipos de apoyo que distorsionan más la producción y el comercio, como el apoyo a los precios de mercado, los pagos basados en la producción y el uso de insumos, dijo la OCDE.