De acuerdo al pronóstico del Sistema Meteorológico Nacional hay un 70% de probabilidad de que se presente el fenómeno de la niña con descensos de temperatura por debajo de lo normal para este diciembre, con una tendencia negativa que perdurará hasta mediados de marzo del año próximo, informó José Juan Zamorano Mendoza, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la UPAEP.
Refirió que el fenómeno de la niña propiciará más frío con mayor presencia de heladas, que repercutirán en una menor producción agrícola e incremento de precios.
En México ya se presentó la segunda tormenta invernal de aire polar que se desplaza desde el Norte de Canadá a la Costa Oeste de Estados Unidos llegando a Baja California, México, por lo que sigue avanzando hacia los estados que colindan con Puebla.
Previó que a partir del 15 de diciembre iniciará un descenso fuerte, para el sábado y domingo de esta semana la entidad estará inmersa en una masa de aire polar con temperaturas muy bajas, con presencia de nevadas en Coahuila y Nueva León.
El investigador afirmó que los mínimos históricos se registraron en el estado de Zacatecas con las temperaturas más bajas del año que llegaron a menos 15 grados, lo cual fue inédito porque nunca se habían registrado.
Recordó que en la comunidad del Seco, Puebla, se presentaron temperaturas de menos 14 grados durante el año pasado. De hecho hace tres días se tuvo el mínimo histórico nacional en ese municipio de menos 11 grados, pero todavía no se rebasa el límite de menos 14 grados.
Estos datos sirven para entender que la sensación térmica proviene de la velocidad del viento y el frío se registra de manera considerable en algunas partes del estado.
Zamorano Mendoza asoció estos fenómenos a la agricultura del estado, por eso, el gobierno contrata seguros para apoyar a los productores.
Reveló que en México hay una gran cantidad de cultivos y los fenómenos meteorológicos como las heladas repercuten en menor producción agrícola con el incremento de precios.
Consideró que los subsidios federales deberían ir encaminados a los cultivos tradicionales como el maíz y el trigo, zonificando las áreas donde se puedan sembrar estos granos y considerando las de mayor riesgo con cultivos más resistentes.
De esta manera hay que ir avanzando en la zonificación de áreas agrícolas con mayor potencial para mejorar la productividad, con el objetivo de que los agricultores en caso de una contingencia no pierdan sus ingresos económicos.