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03premiaunam01El bruxismo, puntualizó Rodríguez Castañeda, consiste en el apretamiento o el rechinamiento de los dientes; es una parafunción (movimientos mandibulares que no tienen ningún propósito funcional) cuya prevalencia es alta, ya que puede llegar hasta 70 por ciento de la población en nuestro país, incluyendo infantes.

Se trata de una respuesta del organismo que tiene varias manifestaciones como: desgaste dentario, contractura muscular, dolor de cabeza y cuello, en casos más severos fracturas dentarias, detalló.

Para diagnosticarla, en el Departamento los universitarios utilizan una herramienta que es la electromiografía, que es un estudio objetivo que permite evaluar la actividad muscular, y determinar qué tan alterada está, resultado que se asocia con el nivel de ansiedad o de estrés que tiene.

“Pudimos evidenciar que no todos los pacientes que tienen ansiedad tienen estrés; no solamente buscamos darle solución al bruxismo, sino que buscamos su origen”, manifestó.

Ese padecimiento es multifactorial, aclaró, y se asocia a diferentes causas, sistémicas o psicosociales; no se cura, pero “como odontólogos podemos dar un tratamiento para paliar los síntomas”: inhibir el desgaste, prevenir la alteración muscular, aliviar las contracturas y, en muchas ocasiones, los dolores periodontales (de la encía) o fracturas dentarias generados por el rechinamiento.

Rodríguez Castañeda destacó que el equipo de electromiografía diseñado en el Departamento TTM cuenta con un software que brinda información relevante; el instrumento fue fabricado específicamente para el sistema masticatorio y por ello permite hacer diagnósticos más objetivos. “En otros sitios usan electromiógrafos del deporte, fabricados para medir, por ejemplo, un fémur o un bíceps”; esta es una innovación mundial.

El electromiógrafo es parecido a un equipo de electrocardiograma, que funciona con electrodos colocados en los músculos que se desea analizar y un amplificador; funciona para medir los que están en reposo o en actividad.

“Podemos evaluar, por ejemplo, fatiga, actividad muscular, equilibrio neuromuscular”, etcétera. Usar este equipo, que sólo tiene nuestra Universidad, contribuye de manera considerable porque si tenemos un diagnóstico correcto el tratamiento va a ser acertado, sostuvo la universitaria.

Una vez patentado, ahora se trabaja en crear una aplicación y que las conexiones no usen cables, sino Bluetooth; “que sea algo más sencillo de usar para todos los odontólogos”.

A su vez, Ángeles Medina mencionó: aunque la obtención de la patente es reciente, el desarrollo del equipo ha llevado cerca de 12 años con el financiamiento de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM.

El diseño, único en su tipo, permite valorar a los pacientes que presentan algún grado de alteración funcional de los músculos de la masticación, y monitorearlos durante el tratamiento. Ha sido probado en personas referidas por la Clínica de Recepción y Diagnóstico de la Facultad, y de otras instancias, como el ISSSTE, IMSS, los hospitales Manuel Gea González y Federico Gómez, o el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

La innovación, basada en algoritmos y que también tiene un hardware, desarrollada en la FO en colaboración con el Cinvestav, está lista para su transferencia tecnológica, mencionó el experto.

“El Premio nos enorgullece, porque quiere decir que vamos por buen camino”. A pesar de que en Latinoamérica existen pocas universidades con especialidades de trastornos temporomandibulares o bruxismo, competir a escala internacional y ser reconocidos nos motiva a seguir trabajando e investigando, concluyeron.