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- Puebla, Pue. México.

09ibero01Combatir la opresión y la pobreza mediante la investigación y la docencia es la obligación de cualquier universidad, así como usar el poder de las instituciones educativas para lograr el bien común. Estos fueron conceptos creados por Ignacio Ellacuría S.J., y que fueron compartidos por Héctor Samour Canan, durante la conferencia ¿Quién fue Ignacio Ellacuría y por qué inspira a la universidad jesuita.

Samour Canan, filósofo y coordinador de la Cátedra Ellacuría en la Universidad Centroamericana El Salvador, expresó que el trabajo de Ellacuría como Rector en dicha institución fue pionero en el uso de los medios de comunicación. Pues no dudaba en usarlos para señalar la violación de los derechos humanos que se vivía en Centroamérica durante la guerra civil, en los años 80.

Destacó que el sacerdote jesuita creía que las acciones emprendidas por las universidades debían tener como objetivo lograr la paz. Organizar a la sociedad para dialogar y de ese modo terminar la guerra en el país centroamericano. Esto incluso hizo que algunos militares lo creyera un guerrillero, pues promovía movilizaciones en pro de combatir la pobreza.

Ellacuría estaba convencido de que las universidades tenían que involucrarse en la vida socio política del país. De esta manera se creó el concepto de Universidad para la Liberación, donde el espacio educativo debía ser un sitio para fomentar la crítica y transformación, así como inducir a la racionalidad dentro de la política. Afirmaba que las casas de estudio no son sitio para campañas políticas.

Ignacio afirmaba que la cultura y el saber eran las bases para construir un futuro más promisorio. Y que las universidades son un servicio para la sociedad, que debe enfocarse en romper los vínculos de opresión hacia los más necesitados, buscar el bien de las mayorías. Mencionaba además que los estudios, investigaciones, análisis y enseñanza que se realizan en las universidades deben incidir directamente en el entorno que las rodea.

Finalmente Héctor Samour recordó que Ignacio Ellacuría solía decir que no se puede huir de la realidad, es imposible ser libre a espaldas de ella. Una universidad no puede encerrarse en sus muros y seguir trabajando como si no hubiera nada en su exterior.

"Recordaba que asistir a la universidad en América Latina es muchas veces un privilegio excepcional, que no puede aceptarse sin no con la obligación de ponerlo al servicio de los demás”.

Cabe señalar que Ignacio Ellacuría fue un sacerdote y filósofo jesuita, con estudios en Ecuador, Austria y España. Dio clases en la UCA del Salvador, fue director del Departamento de Filosofía, fundó el Centro de Reflexión Teológica, trabajó como director de la revista de Estudios Centroamericanos, también fue rector de la institución, además de publicar varias obras. Fue asesinado por militares salvadoreños en 1989.