Maribel Flores Sánchez, politóloga y catedrática del Departamento de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla, resaltó que es muy importante la imagen urbana en la realización de la obra pública y se debe valorar la necesidad de no pintar los colores de los partidos a las edificaciones.
Recordó que esto sucede en cada periodo de gobierno municipal o estatal lo cual es una característica particular de México, ya que en otros países no se estila esta situación.
“La autoridad se preocupa más por el color que pondrán a las obras para distinguir al partido político que gobierna que por planear su edificación”.
Refirió que en Estados Unidos y Francia los colores son uniformes independientemente del partido que gobierna, ya que el color en las obras se mantiene, igual sucede con la señalética y los puentes, porque resulta costoso al erario público.
Mientras que en México se quitan y se ponen colores al antojo, se retira y pone la señalética que cuesta millones de pesos, porque no se analiza que esto representa un derroche de dinero.
La maestra Flores Sánchez explicó que la obra pública es parte fundamental del espacio de una ciudad y estas áreas son de todos los ciudadanos no de un partido en específico.
“Sí a las edificaciones se les pone partido el problema principal será para los habitantes de la ciudad que contribuyen con sus impuestos para comprar la pintura que tendrá el mobiliario urbano”.
Argumentó que en una sociedad democrática lo más natural es que al entrar una nueva administración de gobierno no sea necesario cambiar los colores a la obra para que se distinga de qué partido es la autoridad.
Concluyó que es importante valorar como ciudadanos el tener gobiernos que sean conscientes de esta situación, ya que se gasta en cada sexenio una parte importante del presupuesto de los ciudadanos, por esta razón, consideró que la autoridad debe ir más allá de estas acciones para ser realmente un gobierno incluyente y democrático.