Cuando el arte brota, el ser humano es capaz de reconocerlo. “El arte emerge porque no está estancado, sólo está escondido”, así se expresa Juan Pablo Meza Ramírez, quien además de ser universitario, es uno de los jóvenes artistas que buscan agitadamente un lugar en la mente de aquellos que se sensibilizan al ver una fotografía, una pintura o una ilustración.

     Juan Pablo egresará próximamente de la Facultad de Arquitectura de la BUAP como Diseñador Urbano Ambiental (DUA), es hijo de campesinos, tiene 23 años y junto con otros alumnos de la Institución, lleva una relación íntima con las manifestaciones artísticas. Ha dividido su tiempo entre la necesidad de trabajar, sus estudios profesionales, la pintura y las acciones de promoción del arte.

     La intención de difundir su talento nació a temprana edad, al igual que su creatividad, pues desde sus seis años de edad dibujaba sin necesidad de calcar y solía regalar sus ilustraciones a quien se lo pidiera. Ha pintado numerosos cuadros en la intimidad de su habitación. Es un artista naciente.
Ahora, junto con sus compañeros de Facultad, emprendió la iniciativa IAE (Integración Artística Emergente) para dar a conocer las obras artísticas de universitarios de la BUAP. Con esto se logró que la Institución prestara en dos ocasiones espacios diversos para el montaje de dos galerías. “No quiero que piensen mal, la idea es compartida; al igual que otros me estoy esforzando para romper un viejo esquema: la idea de que profesionistas, como médicos, ingenieros y arquitectos, no pueden producir arte”, comenta.

     El joven promotor espera que con su esfuerzo y el de sus compañeros se formalice el proyecto para consolidarse dentro de la Institución. “La IAE es un proyecto colaborativo, que brotó de la iniciativa de varios artistas de la Universidad que quieren dar a conocer su arte.”

     Sobre su expresión artística Pablo confiesa que trata de difundir un nuevo estilo al que él llama reflexionismo. “Lo que intento hacer es incluir en los cuadros imágenes que considero simbólicas para hacer reflexionar a las personas sobre la conciencia humana”, refiere el Artista.

     Su idea por contribuir con la promoción del arte inició por un congreso en Guadalajara: “No podía creer que los organizadores querían que fuera a presentar una ponencia nacida de un trabajo de mi licenciatura. No tenía dinero para ir, no imaginé que fuera seleccionado pues generalmente los ponentes presentan trabajos del nivel de posgrado”.

     No estando seguro de lo que iba a decir, Pablo prosigue con su anécdota: “me acordé de los cuadros que pinté, decidí venderlos para sacar el dinero del pasaje”. Su idea era realizar, junto con otros artistas universitarios una galería para vender sus obras; “no vendimos nada, pero fue suficiente el saber que otros chavos tienen talento y ganas de demostrarlo”. A partir de ése momento surgió la idea de la IAE.

     Aunque el Diseño Urbano Ambiental no fue su primera opción, ahora es su pasión; el DUA señala, es una profesión que “permite que mis ideales se concreten en beneficios para la sociedad y en este sentido tiene una afinidad con el arte. No podría decidirme por ninguna de las dos, ni tendría por qué hacerlo”.

     Actualmente trabaja en una empresa de banquetes y continúa con su proyecto de tesis de licenciatura: “Entornos Urbanos Sostenibles dirigidos al Centro Escolar Manuel Espinoza Yglesias”. Ha sido capaz llevar a la par a su profesión con el ejercicio del arte: “no podemos decir que medio día somos personas y otro medio día profesionistas”.

     “Los artistas definen a la vida urbana de un modo más completo, tiene una visión más amplia; un urbanista cuando tiene una percepción del arte, complementa su profesión y comprende más cosas. La ciudad de Puebla cumple con elementos de simetría, aspecto muy considerado en el arte; que Puebla sea llamada la ciudad trazada por los ángeles da referencia de que en toda ciudad existe el arte”, finalizó Juan Pablo Meza Ramírez.