La evolución de las especies ha modificado los patrones de transmisión de la información genética, y con ello, los modelos de reproducción. Hace aproximadamente 1.200 millones de años, comenzó la reproducción sexual, ¿cómo es esto posible?
Los primeros organismos unicelulares simplemente duplicaron su ADN o ARN, forma más simple del ácido nucleico con instrucciones genéticas, y se dividieron en dos células idénticas para reproducirse.
Este, un medio eficiente de aumentar en número pero los nuevos organismos eran clones de los antiguos, lo que no ayudó a incrementar la variedad. Los genes solo podían cambiar espontáneamente con el transcurso del tiempo, pero no existía un mecanismo rápido y efectivo para generar combinaciones diversas de genes útiles.
Los expertos opinan que antes de la reproducción sexual pudo haberse generado una forma de "canibalismo genético": una célula se comió a otra pero, en vez de digerirla por completo, incorporó el ADN de la presa a la propia célula.
Si algunos genes mejoraban más que otros la maquinaria celular, es probable que fueran elegidos para pasar de una célula a otra, a medida que estas se comían entre sí.
Una teoría alternativa es que el sexo puede haberse iniciado como una especie de infección: los virus trabajan inyectando su ADN en una célula huésped y "secuestrando" el aparato celular para generar copias de sí mismos. Así, si los virus transportaron algunos genes de un antiguo organismo huésped al moverse a otro huésped nuevo, esto puede haber funcionado como una forma primitiva de compartir esperma.
La reproducción sexual encontró entonces, un atajo para superar este obstáculo: permitió que los organismos mezclaran su repertorio de genes como si se tratara de un juego de azar.
El éxito de la reproducción es el objetivo principal de la evolución. Bajo esta premisa, la amplia distribución del modelo de reproducción sexual implica un éxito en la transmisión de información genética de generación en generación, y que en términos de biología evolutiva supera el costo-beneficio, es decir, es rentable.
La reproducción sexual implica generación de individuos que son mezcla de sus parentales. Estos parentales transforman sus células somáticas en gametos que son las células que van a fusionarse para generar el nuevo individuo. Para llegar a este proceso, se producen procesos de selección de los más aptos.
El macho compite con otros machos de los cuales al menos uno va a ser el que fecunde a la hembra y el que en términos evolutivos, va a transmitir el 50% de su información genética, el otro 50% lo completa la hembra, lo que es un proceso de selección sexual pues la progenie de las hembras sexuales se beneficia de los buenos genes obtenidos de los machos más competitivos.
El modelo sexual significa la aparición y variación de múltiples respuestas o fenotipos frente a cambios en el medio, significa un gran catálogo de posibilidades de sobrevivir al medio, de triunfar en la competencia y en último grado, de transmitir esa información genética, es decir, de ser elegido en el proceso de selección natural.
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