CIUDAD DE MÉXICO.- Uno de los retos más urgentes de nuestra época es la violencia digital, que tiene consecuencias graves, profundas y en muchos casos ignoradas, expuso el titular del la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM, Héctor Benítez Pérez.
Advirtió: “Ese entorno hostil no sólo afecta el bienestar emocional y psicológico de las víctimas, sino también su rendimiento académico, su participación pública y su desarrollo integral. Los datos muestran una incidencia particularmente alta de violencia digital entre mujeres y personas jóvenes”. Benítez Pérez añadió que son ellas las más vulnerables. Muchas se enfrentan a acoso persistente o amenazas de violencia física o sexual.
“A esta realidad se suma el fenómeno emergente del uso de la inteligencia artificial (IA) para generar contenidos de violencia digital como los deepfakes (videos, imágenes o audios generados por IA que imitan la apariencia y voz de una persona), creados sin su consentimiento. Estas prácticas, además de violar la privacidad, afectan la forma profunda de la dignidad de quienes las padecen”, alertó.
Ante esto, dijo que, como institución y comunidad académica, la UNAM, tiene que reconocer, visibilizar y combatir todas las formas de violencia, también las que ocurren en los espacios digitales. “Debemos asegurar que la utilización de la tecnología se guíe por principios de ética, respeto, inclusión, equidad y responsabilidad social”.
La violencia digital, enfatizó, es un fenómeno que podemos transformar si lo enfrentamos con conocimiento, pero sobre todo, con empatía y colaboración.
De acuerdo con el informe de la Relatoría de la Organización de las Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres, la violencia digital la refiere de una manera más amplia.
Como toda aquella agresión psicológica que realiza una persona a través de las nuevas tecnologías sin consentimiento a la privacidad: correo electrónico, mensajería, WhatsApp, o redes sociales contra su pareja, expareja, de forma sostenida y repetida en el tiempo, con la finalidad de la discriminación o de buscar intromisión o dominación.

Según el Módulo sobre Ciberacoso del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, alrededor de 10 millones de mujeres en México han sufrido violencia digital.
Entre las agresiones que existen y tipologías que hacen referencia a las mismas se encuentran fenómenos como el grooming (acoso) y el phishing (ciberataque que busca engañar a las personas para que revelen información personal o financiera, incluso con la “identidad” de entidades legítimas).
El sexting (envío de contenido íntimo) sin consentimiento, cyberflashing (exhibicionismo), stalking (acecho) y doxing (recopilar y publicar información personal de alguien o de un grupo, sin su consentimiento, con el objetivo de dañar su trayectoria pública y profesional), entre otras.