lunes, 15 septiembre 2025

Puebla, Pue. México

El personal docente no es programable como la Inteligencia Artificial: UNESCO

SANTIAGO DE CHILE.- Con la inteligencia artificial transformando la educación, la UNESCO hace un llamado a que el personal docente esté en el centro de este cambio. El futuro de la educación comienza con quienes enseñan. Son ellas y ellos quienes dan vida al aprendizaje. Construyen vínculos humanos que ningún dispositivo puede replicar. Acompañan al estudiantado en el desarrollo de capacidades que ninguna máquina puede transmitir, como el pensamiento crítico, la reflexión ética, la inteligencia emocional y el sentido de pertenencia social.

Sin embargo, en todo el mundo los países siguen enfrentando dificultades para formar, incorporar y retener a suficiente personal docente calificado.

La Cumbre Mundial sobre las y los Docentes 2025, que se realizó los días 28 y 29 de agosto en Chile, destaca la urgente necesidad de abordar la escasez de profesionales de la enseñanza, de fortalecer la valoración de esta labor y de invertir en la formación docente.

El primer Informe Mundial sobre el Personal Docentes de la UNESCO y el Grupo de Trabajo sobre el Personal Docente muestra que se necesitarán 44 millones más de maestras y maestros de educación primaria y secundaria de aquí a 2030 para alcanzar las metas educativas.

A esta crisis de escasez de docentes se suma la disrupción generada por la inteligencia artificial, que será el tema central de la Semana del Aprendizaje Digital 2025, el evento insignia de la UNESCO sobre tecnología y educación.

La integración de la IA en los sistemas educativos abre oportunidades transformadoras pero también plantea desafíos complejos, ya que modifica pedagogías, currículos y formas de gobernanza de la educación, al tiempo que suscita interrogantes fundamentales sobre equidad, ética y poder de acción humana.

Militza Saavedra Montero, docente de Concepción, en el centro-sur de Chile, ve en la inteligencia artificial una gran oportunidad para su aula. Participó en una capacitación de la UNESCO orientada a fortalecer las competencias digitales del personal docente en Chile, donde aprendió sobre los distintos estándares y la evolución de las herramientas digitales. La inteligencia artificial le ayuda a ahorrar un tiempo valioso.

“La inteligencia artificial nos permite desarrollar rápidamente propuestas, ideas, creatividad y materiales, así como evaluarlos. Es nuestra aliada en el aula”.

Militza Saavedra MonteroDocente de Chile

Militza considera que su rol como docente es fundamental para ayudar al estudiantado a utilizar la tecnología con un pensamiento crítico. El desafío consiste en enseñar a las personas a usar la inteligencia artificial de manera responsable. Para algunas y algunos docentes, la IA genera incertidumbre, exige nuevas habilidades y redefine los roles profesionales. Para otras personas, abre nuevas posibilidades de innovación, aprendizaje personalizado y mayor eficiencia en el aula.

Entre oportunidades transformadoras y desafíos complejos

Las herramientas digitales, incluida la inteligencia artificial, pueden ayudar a las y los docentes a personalizar el aprendizaje de cada estudiante, reducir la carga de papeleo y abrir el acceso a recursos educativos más allá del aula. Pero estas oportunidades también traen desafíos importantes.

Muchos estudiantes todavía carecen de internet confiable o de dispositivos, lo que profundiza la desigualdad. Los sistemas de inteligencia artificial pueden contener sesgos ocultos, son propensos a errores y pueden generar resultados injustos para quienes aprenden. Y si se usan sin cuidado, las tecnologías pueden reducir la interacción humana, que es la base de una enseñanza significativa. Por eso, la UNESCO enfatiza que, aunque la IA puede apoyar la educación, las y los docentes deben permanecer en el centro, guiando al estudiantado con la empatía, creatividad y juicio que ninguna máquina puede reemplazar.

Sin embargo, las y los docentes de todo el mundo enfrentan presiones crecientes: recursos insuficientes, aumento del tamaño de las clases, expectativas sociales cada vez más altas y, en muchos casos, un reconocimiento social decreciente de su labor. Como resultado, el porcentaje de docentes de educación primaria que abandona la profesión se ha duplicado, pasando del 4,6 % en 2015 a más del 9 % en 2022.

Para la UNESCO, el camino no consiste en elegir entre tecnología o docentes, sino en garantizar que trabajen de la mano en beneficio de las y los estudiantes. Como lo expresa con fuerza Caroline Aidanu, educadora de la Daraja Secondary School en Kenia: “No se puede codificar a las y los docentes porque son quienes dan vida al aula, empoderan a las y los alumnos y hacen que se sientan vistos.”