- Este sábado en Las Vegas
Este sábado, el boxeo mundial vivirá una noche que promete quedar marcada en la historia. En el imponente Allegiant Stadium de Las Vegas, Saúl “Canelo” Álvarez expondrá sus cuatro títulos de campeón unificado del peso supermediano ante un retador de alto calibre: Terence “Bud” Crawford, invicto, explosivo y decidido a desafiar al campeón mexicano tras subir dos categorías de peso.
Será una contienda sin precedentes no solo por lo que hay en juego dentro del ring, sino también por el escenario mediático que la rodea. Por primera vez, una pelea de esta magnitud será transmitida exclusivamente por Netflix, sin señal abierta ni modalidad de pago por evento. El combate estará disponible únicamente para suscriptores de la plataforma, con transmisión proyectada a las 21:00 horas (hora de México).
Canelo Álvarez, con 35 años y más de 15 en el profesionalismo, llega con un récord de 63 victorias (39 por KO), 2 empates y solo 2 derrotas. Es el primer pugilista en la historia en unificar los títulos del CMB, AMB, OMB y FIB en la categoría supermediana (168 libras), consolidándose como uno de los grandes íconos del boxeo moderno. Enfrentó y venció a figuras como Shane Mosley, Gennady Golovkin y Julio César Chávez Jr., siendo Floyd Mayweather Jr. el único que logró vencerlo, en 2013.
Al frente estará Terence Crawford, un peleador que no conoce la derrota y que ha dejado una huella en cada división que pisó. Campeón en superligero y wélter, llega con un impecable invicto de 41-0, con 31 nocauts, y una carta de presentación contundente: en su última pelea, en agosto de 2024, derrotó por KO a Israil Madrimov, y antes de eso, ofreció una clase magistral ante Errol Spence Jr., a quien envió tres veces a la lona antes de noquearlo en el noveno asalto.
El combate definirá al campeón indiscutido del peso supermediano, pero también podría redefinir el panorama del boxeo mundial. Canelo, quien jamás ha sido derribado en su carrera, se mide ante uno de los noqueadores más eficientes de la última década. Ambos aspiran no solo a ganar, sino a reclamar el título simbólico de mejor boxeador “libra por libra” del planeta.