CIUDAD DE PUEBLA.- En la conmemoración del Día del Trabajo, encabezada por el gobernador del estado Alejandro Armenta Mier; la oradora fue Magnolia Ivonne Enríquez Parra, líder de la Industria Alimentaria de la CTM Puebla, quien destacó a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como una firme aliada de las y los trabajadores mexicanos, quien desde la distancia respalda nuestra causa.
En su discurso aseguró que hoy no sólo conmemoramos una fecha, sino que honramos la sangre, el sudor y el sacrificio de millones de personas que a lo largo de la historia lucharon por los derechos que hoy nos cobijan.
“El primero de mayo es un recordatorio de que la dignidad laboral no fue un regalo, fue una conquista” recordó, que en 1886, en Chicago, miles de obreras y obreros alzaron la voz contra jornadas de hasta 18 horas, salarios indignos y condiciones inhumanas. Su grito, por ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para el alma, resonó hasta París, donde en 1889 la Segunda Internacional instituyó este día como homenaje a los mártires de Chicago.
Pero la lucha por la equidad no se detuvo ahí. El 8 de marzo de 1908 en Nueva York, 129 mujeres de la fábrica Cotton murieron quemadas por exigir igualdad salarial y jornadas justas. Su sacrificio fue una chispa que encendió la indignación global y se convirtió en un importante hito en la historia de la lucha por los derechos laborales y feministas.
Tres años después, el 25 de marzo de 1911, el incendio de otra fábrica textil en Nueva York, uno de los eventos más documentados y emblemáticos de la historia laboral, cobró la vida de 146 trabajadores, en su mayoría mujeres, muy jóvenes inmigrantes. Este crimen, resultado de la negligencia patronal, reveló al mundo la urgencia de leyes que protegieran la integridad de los trabajadores.
“En México, el malestar obrero fue semilla de nuestra Revolución. La huelga de Cananea en 1906, donde mineros exigieron igualdad frente a la explotación extranjera y la rebelión textil de Río Blanco en 1907, que demandó abolir el trabajo infantil y obtener salarios dignos. Esto marcaron el camino” recalcó.
Por lo anterior, dijo, quiero reconocer a todas las organizaciones, obreras, sindicatos y colectivos que desde sus trincheras luchan por un México más justo.
“La lucha aún no termina. Por nuestro contexto social, hoy tenemos tres demandas trascendentales. Primero, jornada de 40 horas para conciliar trabajo y vida familiar.
Dos, eliminar el ISR en prestaciones y reducirlo en salarios, porque el fruto del trabajo debe llegar íntegro a los hogares de cada uno de nosotros.
Y tres, aguinaldo de 30 días como un derecho que refleje el valor de su esfuerzo.
Como mujer sindicalista, hago un llamado a nuestros representantes en el Congreso de la Unión para que estas demandas sean incluidas en la agenda legislativa.”