- Marcela Amaro Rosales resaltó las cualidades del pensamiento del recipiendario del doctorado honoris causa por la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO.- La ciencia se describe con frecuencia como una de las más grandes empresas colaborativas de los seres humanos, imagen de cooperación que tuvo un gran impulso gracias a Thomas Kuhn (1922-1996), quien presentó la actividad científica como un denso entramado comunitario y que en tiempos normales los científicos contribuyen unos con otros para aumentar el conocimiento.
Lo anterior fue expuesto por el sociólogo y demógrafo cubano-estadounidense, Alejandro Portes, investido recientemente doctor honoris causa por la UNAM, quien añadió:
La ciencia puede compararse, “y la comparo con un campo de batalla en el que los individuos unen sus fuerzas gracias a convicciones compartidas, donde los distintos bandos rivalizan por imponer de la manera más eficiente a su alcance el cuerpo de creencias colectivas”.
Ante la directora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional, (IIS), Marcela Amaro Rosales, expresó que la cooperación y la competencia efectivamente existen, pero solo en un contexto generalizado entre puntos de vista más amplios sobre aspectos esenciales de una disciplina.
Los equipos de científicos aportan para mostrar la validez o falacia de determinadas generalizaciones o proposiciones comprobables, subrayó el también galardonado en 2019 con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
En la sala “Pablo González Casanova” del IIS, Marcela Amaro presentó y dio la bienvenida a Alejandro Portes, de quien destacó las cualidades de su pensamiento.

Innovaciones fructíferas
Al emprender un recorrido por la historia de la ciencia en general, y de las ciencias sociales en particular, el científico social nacido en La Habana, Cuba, manifestó que se puede descubrir que siempre ha existido un profundo conflicto entre convicciones diferentes que se defienden ferozmente.
“Estas pugnas, aunque hayan resultado bastante difíciles para los individuos que participan en estas, a veces han producido algunas de las innovaciones más fructíferas en el avance del conocimiento en determinados campos”, acotó.
También mencionó que en el pasado la transgresión solía ser percibida como el intento de un personaje ocasional que retaba el paradigma ya establecido, pero es más que eso.
Trato de mostrar que esta forma de actividad teórica ha servido en numerosas ocasiones para plantear un verdadero desafío a los enfoques hegemónicos o para estimular su resurgimiento.
Y de manera general la transgresión constituye la actitud que actualiza más efectivamente el papel que desempeña el conflicto en el progreso de la ciencia.
“En sus distintas modalidades es un rasgo esencial de la empresa científica en igualdad de condiciones a la ciencia normal que recaba datos y los interpreta a la luz de un paradigma dominante”, estimó.
Al concluir, el experto refirió del encuentro académico: “Para mí es un conversatorio con amigos y con nuevos estudiantes que han llegado a este Instituto. Mi nombre se asocia en general en las ciencias sociales con algunos conceptos como la economía informal, los enclaves étnicos, la asimilación segmentada, etcétera, y la inmigración; en este caso quise hacer algo distinto, que es compartir con ustedes un ensayo escrito hace algunos años, que a mí me pareció bien, pero que es uno de mis productos menos citados”.
