mar, Dic 16, 2025

Puebla, Pue. México

Calidad de la asistencia sanitaria mejora, pero aumentan las presiones financieras: OCDE

02 OCDE

PARÍS, FRANCIA.- Los países de la OCDE destinaron el 9,3 % de su PIB a la sanidad en 2024. Esta cifra representa un descenso con respecto al máximo alcanzado durante el COVID-19, pero es superior a los niveles previos a la pandemia. Según un nuevo informe de la OCDE, el gasto sanitario representa al menos el 10 % del PIB en 16 países de la OCDE y, en promedio, concentra el 15 % del gasto público en el conjunto de la OCDE.

El informe Panorama de la salud en la OCDE 2025 indica que el gasto público en sanidad crecerá en promedio un 1,5 % del PIB para 2045 en toda la OCDE. Este crecimiento se deberá en gran medida a los cambios tecnológicos, al aumento de las expectativas en materia de atención sanitaria y al envejecimiento de la población.

Financiar estas crecientes necesidades de gasto público puede resultar difícil, dadas las prioridades políticas contrapuestas y las restricciones de las finanzas públicas. Es importante volver a centrarse en la rentabilidad, y las intervenciones preventivas pueden desempeñar un papel clave en este sentido.

En 2023, la esperanza de vida promedio en los países de la OCDE era de 81,1 años. Sin embargo, se mantuvo por debajo de los niveles previos a la pandemia en 13 de estos países. En total, en 2023 se registraron más de tres millones de muertes prematuras de personas menores de 75 años que podrían haberse evitado con mejores medidas de prevención e intervenciones sanitarias. Las enfermedades del sistema circulatorio, como las enfermedades coronarias y el cáncer, son las dos principales causas de muerte, y representan casi la mitad de las muertes en los países de la OCDE.

Pese a que la mayoría de los países cuentan con sistemas de salud universales, los problemas de acceso persisten. Los tiempos de espera siguen siendo una asignatura pendiente en varios países. Las diferencias entre los distintos grupos socioeconómicos son significativas. En particular, las personas situadas en el quintil de ingresos más bajo tienen 2,5 veces más probabilidades de no recibir la atención médica que necesitan que las que se encuentran en el quintil de ingresos más alto.

Las tasas de obesidad continuaron aumentando en más de cuatro quintas partes de los países de la OCDE entre 2013 y 2023. En promedio, el 54 % de los adultos tiene sobrepeso u obesidad. El consumo nocivo de alcohol también es un factor preocupante, ya que el 27 % de los adultos declara beber en exceso al menos una vez al mes. Las tasas de tabaquismo han disminuido, pero el 15 % de los adultos sigue fumando a diario, y las tasas de consumo de vapeadores van en aumento. Estos factores de riesgo se extienden a los más jóvenes. Por ejemplo, entre los jóvenes de 15 años, el 20 % tiene sobrepeso u obesidad, el 15 % fuma y el 20 % consume vapeadores al menos una vez al mes.

“Las intervenciones sanitarias preventivas y de atención primaria pueden ser una vía rentable a la hora de combatir los principales factores de riesgo para la salud, como la obesidad, el tabaquismo o el consumo nocivo de alcohol”, declaró el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann. “Para que nuestros sistemas sanitarios sean más eficaces y sostenibles en términos fiscales, los países deberían aumentar el porcentaje del gasto sanitario total que destinan a estas intervenciones, que es actualmente del 3 % para la atención preventiva y del 14 % para la atención primaria”.

La atención primaria contribuye a que las personas se mantengan sanas y no tengan que acudir al hospital. Por su parte, las hospitalizaciones evitables han disminuido en 28 de los 30 países de la OCDE con datos disponibles en los últimos diez años. La satisfacción de los pacientes con los servicios de atención primaria también es alta: en promedio, el 87 % de los usuarios de atención primaria de 45 años o más con enfermedades crónicas valoraron positivamente la atención recibida, y el 78 % confió en el último profesional sanitario que les atendió.

Los indicadores sanitarios muestran una mejora continua en la calidad de los servicios de cuidados intensivos. Las posibilidades de sobrevivir tras un infarto o un ictus son ahora mayores que hace diez años. Por ejemplo, la tasa promedio de mortalidad a los 30 días tras un infarto fue del 6,5 % en 2023, frente al 8,2 % en 2013. En el caso de los ictus isquémicos, las cifras fueron del 7,7 % en 2023 y del 9,3 % en 2013.

Sin embargo, solo el 44 % del personal médico y de enfermería considera que la dotación de personal y el ritmo de trabajo son seguros y, aunque las experiencias de los pacientes son en general positivas, aún hay margen de mejora, especialmente en los casos de pacientes con necesidades más complejas.

La salud mental continúa siendo motivo de preocupación, especialmente entre los jóvenes. En promedio, el 52 % de los jóvenes de 15 años refirieron en 2022 múltiples problemas de salud, como desánimo, dolores de cabeza recurrentes o mareos, lo que supone un aumento con respecto al 37 % registrado en 2014.

El personal sanitario continúa aumentando. En promedio, aproximadamente uno de cada nueve puestos de trabajo en los países de la OCDE corresponde al sector sanitario o de asistencia social. Se prevé que esta tendencia continúe, ya que la demanda de atención médica sigue subiendo. Los profesionales formados en el extranjero contribuyen a cubrir las carencias de personal. En 2023, un promedio del 20 % de los médicos se había formado en el extranjero, frente al 16 % de 2010.