- La importancia de la precisión y la seguridad en cada misión. El lanzamiento, originalmente previsto para el 20 de octubre de 2025, desde Japón, fue pospuesto debido a condiciones meteorológicas adversas, un factor determinante qué forma parte natural de los procesos de planificación en la industria aeroespacial
CIUDAD DE PUEBLA.- Charly Galindo Jr., profesor investigador y especialista con más de 30 años de experiencia en la NASA, explicó los factores que influyen en el lanzamiento de los vuelos espaciales y los motivos por los cuales suelen reprogramarse, tomando como ejemplo el reciente aplazamiento del lanzamiento del nanosatélite Gxiba-1 de UPAEP, a cargo de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA).
El lanzamiento, originalmente previsto para el 20 de octubre de 2025, desde la isla de Tanegashima, Japón, fue pospuesto debido a condiciones meteorológicas adversas, un factor determinante que, según Charles Galindo, forma parte natural de los procesos de planificación en la industria aeroespacial.
“El clima siempre es uno de los principales factores que influyen en un lanzamiento. En este caso, los especialistas observaron que el clima empeoró y decidieron detener el lanzamiento. Es una decisión prudente, porque cualquier mínima variación puede afectar la trayectoria o incluso poner en riesgo toda la misión”, explicó el académico.
De acuerdo con Galindo Jr., los vientos fuertes, la lluvia o la presencia de nubes densas pueden alterar la estabilidad del cohete o provocar interferencias con los sistemas de comunicación y navegación. “Los equipos de monitoreo en Japón observan las condiciones atmosféricas minuto a minuto, y si existe cualquier duda, la prioridad es la seguridad”, enfatizó.
Reprogramar un lanzamiento, añadió, no es un proceso sencillo. El cohete debe ser trasladado nuevamente a su zona de resguardo y revisado por completo antes de intentar un nuevo lanzamiento. “Mover un cohete no es tan simple como apagar un motor y volver a intentarlo. Es una operación que puede tardar varias horas y requiere extrema precisión”, comentó.
Según las estimaciones de JAXA, la nueva ventana de lanzamiento podría abrirse entre el 23 y el 30 de octubre, fechas en las que se espera que las condiciones climáticas mejoren y permitan ejecutar la misión con éxito.
El experto destacó que cada ajuste en la programación implica una serie de costos logísticos y humanos, aunque la prioridad nunca es económica sino de seguridad.
“Un cohete cuesta más de 50 millones de dólares, y cada carga útil tiene su propio valor científico. Aunque no haya tripulación humana, cada lanzamiento involucra años de trabajo, investigación y colaboración internacional. Si se pierde un cohete o una carga útil, se pierden también años de esfuerzo y conocimiento”, detalló el profesor.