- El responsable es integrante de la universidad y fue puesto a disposición de las autoridades competentes
CIUDAD DE MÉXICO.- Este lunes, un estudiante perdió la vida y un trabajador resultó herido en el Plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades al ser atacados por un integrante de nuestra comunidad quien ha sido puesto a disposición de las autoridades competentes.
La pérdida de una vida y la manera en que sucedieron los hechos no tiene precedentes y así hay que asumirlo.
Me solidarizo con la familia del estudiante asesinado, con toda la comunidad del CCH Sur y la universitaria en su conjunto, porque esto nos duele a todas y a todos, y hago votos por el restablecimiento del trabajador agredido. Desde la administración central de la Universidad estaremos atentos al avance de las investigaciones que realizan las autoridades competentes y coadyuvaremos en todo momento con ellas para que se haga justicia.
He instruido a la Secretaría General para convocar a la Subcomisión de Bachillerato de la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario, a fin de que sesione de inmediato y se proceda a revisar los protocolos de seguridad del plantel. Estoy convencido que es necesario redoblar esfuerzos para hacer de nuestros planteles educativos y de todas nuestras instalaciones, espacios seguros y libres de violencia. Tengo la certeza de que es posible, desde la autonomía, con la participación de toda la comunidad universitaria, en coordinación con los distintos ámbitos de gobierno.
A las y los jóvenes, los exhorto a no dejarse vencer por ningún tipo de adversidad y a recurrir a sus docentes, tutoras y tutores cuando sientan ansiedad o tengan algún problema que no sepan cómo resolver o enfrentar. La Universidad ha puesto a disposición de su comunidad programas de orientación, acompañamiento psicológico y apoyo con perspectiva de género. Invito a las y los estudiantes, personal académico y administrativo a hacer uso de ellos, así como a los padres y madres de nuestro alumnado a conocerlos y estimular a sus hijas e hijos a utilizarlos en beneficio de su formación integral, como un paso indispensable para contar con una comunidad empática y resiliente en todos los sentidos.
Como rector condeno la violencia y también me hago cargo de la necesidad de redoblar los esfuerzos para prevenirla y erradicarla. Hay que analizar lo ocurrido para establecer las condiciones de prevención adecuadas. Estoy convencido de que estas actitudes se pueden evitar, si detectamos a tiempo los problemas y actuamos en consecuencia. Por eso, pido la colaboración de todas y todos quienes integramos la comunidad universitaria para que, juntos, construyamos los espacios seguros a los que tienen derecho nuestra juventud, el personal académico y administrativo.
En la Universidad Nacional cerraremos el camino de la violencia, con construcción de paz y con una acción decidida ante los distintos desafíos que enfrentamos.