PARÍS, FRANCIA.- El nivel educativo ha alcanzado máximos históricos: casi la mitad (48%) de los adultos jóvenes de los países de la OCDE han completado la educación terciaria, frente a solo el 27% en el año 2000. Según un nuevo informe de la OCDE, estos graduados suelen disfrutar de ingresos más elevados, mayor estabilidad laboral y mejor estado de salud.
El informe Panorama de la Educación 2025 proporciona estadísticas nacionales comparables que miden el estado de los sistemas educativos a nivel mundial. Este último señala que, pese al crecimiento general del nivel de educación terciaria, el contexto familiar sigue condicionando en gran medida quién accede a la educación superior. En 2023, solo el 26% de adultos jóvenes de familias con un nivel educativo inferior obtuvo un título de educación terciaria, frente al 70% de adultos jóvenes procedentes de familias con un alto nivel educativo. Los obstáculos financieros, la falta de preparación y el escaso apoyo académico y social suelen disuadir a los alumnos procedentes de entornos desfavorecidos.
Las bajas tasas de finalización de la educación terciaria también socavan el retorno de la inversión pública, agravan la escasez de competencias y limitan el acceso a oportunidades. En 32 países miembros y asociados de la OCDE, solo el 43% de los estudiantes de grado obtienen el título a tiempo, y únicamente el 70% lo hace en tres años más, con tasas relativamente bajas entre la población masculina (63% en comparación con el 75% de mujeres).
«La educación terciaria de alta calidad dota a los estudiantes de las competencias necesarias para aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado laboral en constante evolución, al tiempo que permite a nuestras sociedades afrontar las transformaciones estructurales derivadas del envejecimiento de la población, la inteligencia artificial, la digitalización y la transición verde», afirmó el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann.
«Alinear la educación con las necesidades del mercado laboral es clave, ya que el desfase persistente entre las competencias y las necesidades del mercado laboral tiene un costo real en los salarios y la productividad y afecta al bienestar individual».
Las bajas tasas de finalización suelen tener su origen en la falta de correspondencia entre las expectativas de los estudiantes y el contenido de los programas, una preparación académica insuficiente y la falta de sistemas de apoyo adecuados. Convendría reforzar la preparación académica y la orientación sobre carreras en la educación secundaria, así como diseñar programas de educación terciaria con trayectorias curriculares claramente definidas y medidas de apoyo para los estudiantes que corren el riesgo de quedarse rezagados.
Los sistemas de educación terciaria deben mantener unos estándares rigurosos, incluso cuando amplíen el acceso a ellos, y también deben proporcionar un apoyo personalizado a los estudiantes que llegan con formaciones previas distintas y con diversas expectativas profesionales.
El informe subraya que es de suma importancia que los docentes estén altamente cualificados para lograr sistemas educativos con excelentes resultados en todos los niveles. También advierte que la falta de profesores dificulta contratar y retener a educadores debidamente formados.
La alta rotación del profesorado dificulta la contratación. En la mayoría de países con datos disponibles, entre el 1% y el 3% de los profesores se retira cada año. En Dinamarca, Estonia e Inglaterra, cerca del 10% de profesores deja su trabajo cada año, lo que exige un continuo y elevado esfuerzo de contratación. En cambio, esta cifra es inferior al 1% para los profesores de Francia, Grecia e Irlanda, lo que crea mayor estabilidad en las plantillas, aunque también limita la renovación del profesorado.
Atraer a profesionales que eligen la docencia como segunda carrera puede contribuir a paliar la escasez de profesorado e incorporar un mayor abanico de competencias en la profesión. Dieciséis de 28 países y economías con datos disponibles ofrecen trayectorias alternativas específicas para profesionales que cambian de carrera. Adoptar medidas adicionales para mejorar las condiciones laborales y ofrecer oportunidades de crecimiento profesional podría promover que se contraten y mantengan profesores.