vie, Dic 5, 2025

Puebla, Pue. México

Personas comen hasta 5 grs de microplásticos en una semana, equivalente a una tarjeta de crédito

Cuando termines de leer este artículo, en el mundo se habrán producido 5 millones de botellas de plástico, y al mismo tiempo desechadas. “Tan solo con solo leer esta oración, 117 mil botellas ya están circulando por el planeta, convirtiéndose en un foco de contaminación al medio ambiente y a la salud de las personas”.

En un artículo publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), explica la manera en como afecta la producción de botellas de plástico en los mares y ríos, así como en la zona terrestre del planeta, ya que mientras su producción dura unos segundos para que éstas se degraden del medio ambiente tardan hasta 450 años.

Su uso irresponsable, una vez que se desechan, provoca afectaciones, los costos ambientales, climáticos y sociales son graves.

¿De dónde surge el plástico? 

Más del 99 % del plástico proviene de combustibles fósiles, y su extracción proviene de las profundidades del planeta, principalmente de los mares, y es que a través de métodos como la minería, la perforación o la fracturación hidráulica se extraen el petróleo crudo y el gas natural, elementos que son utilizados para la elaboración del plástico.

Es decir que entre el 4 % y el 8 % de la producción mundial de petróleo se destina a la fabricación de plásticos, cifra que se espera aumente al 20 % para el año 2050. Estas tendencias de crecimiento se contraponen al Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.

¿Cómo se produce una botella de plástico?

Una vez que se extrae el petróleo crudo, el  siguiente paso es someter la materia prima a una serie de complejas reacciones y procesos químicos que consumen mucha energía y que en última instancia forman la resina de plástico. 

El resultado: 

  • pequeñas bolitas (técnicamente conocidos como “pélet”) de plástico, elemento básico para construir una botella. 

La resina utilizada para la mayoría de las botellas de plástico es polyethylene terephthalate (tereftalato de polietileno), mejor conocido como “PET”. Las botellas hechas con este material son fácilmente reciclables, pero el desafío radica en mantener su calidad durante el reciclaje, lo que puede llevar a la degradación y acabar eventualmente en desecho. 

Por otro lado, las tapas para sellar las botellas generalmente están fabricadas de polyolefins (poliolefinas), material que también tiene excelentes propiedades para el reciclaje. Sin embargo, su reciclabilidad suele ser baja debido a los aditivos, como los colorantes. 

Así que optar por no reciclar botellas PET puede llevarlas a un asombroso período de degradación en el medio ambiente de unos 450 años, y en la medida que las propiedades de la materia prima se refinan para crear un producto utilizable, paradójicamente tanto la salud humana como la del planeta son expuestas a condiciones de deterioro, sólo porque estas compañías internacionales producen estas pequeñas bolitas de plástico.

El proceso de contaminación derivado del PET es muy alto, ya que cerca del 90 % de los gases de efecto invernadero relacionados con los plásticos provienen de la extracción y procesamiento de la materia prima, lo que libera emisiones nocivas al aire y puede provocar riesgos para la salud, como trastornos reproductivos y de desarrollo, así como cáncer.

Recientemente, un grupo de científicos descubrió más de 16 mil sustancias químicas asociadas con los plásticos; se cree que al menos una cuarta parte de estas son peligrosas para el bienestar humano y la integridad ecológica.

¿Qué pasa con estas bolitas de plástico?

Los microplásticos son pequeñas partículas que miden entre 5 milímetros y 1 micrómetro; los nanoplásticos son partículas con un tamaño menor a 1 micrómetro. 

Estos se generan cuando plásticos de un gran tamaño se degradan, o por la pérdida o fragmentación de plásticos minúsculos. Puede ocurrir en las primeras etapas, pero principalmente tiene lugar durante la transportación, donde los derrames, el mal manejo o las fugas son muy posibles. 

¿Dónde terminan estas partículas? 

Simplemente en todas partes. Se encuentran en el aire, el agua, el suelo y más allá. El océano es el más afectado. Y una vez que estas pequeñas partículas entran en contacto con el medio ambiente, no se degradan de forma natural y tampoco pueden eliminarse. 

Científicos han encontrado partículas de plástico en el estómago de los peces, en las placentas de mujeres embarazadas e incluso cerca de la cima del Monte Everest y la Antártica

Otros han estimado que, en promedio, una persona podría comer hasta 5 gramos de microplásticos en una semana, que es aproximadamente el peso de una tarjeta de crédito, por lo ante este riesgos potencial ante la exposición a estas diminutas partículas, la salud humana y el medio ambiente están en constante peligro, por lo que ante la falta de información nace la imperiosa la necesidad de realizar más investigaciones y crear medidas regulatorias para mitigar el daño potencial.

Elaborar en segundos un producto con una vida útil de 450 años

En este punto, las pequeñas bolitas de plástico pasan por una metamorfosis y emergen como botellas PET convencionales. Las botellas se elaboran generalmente con técnicas de moldeado o inyección. En este proceso, se añaden las pequeñas bolitas de plástico en una matriz y se someten a altas temperaturas y presión para dar forma al producto. Comúnmente, el tiempo de producción de una botella PET va de una fracción de segundo hasta unos pocos segundos. 

A nivel mundial, las empresas tienen la capacidad de producir 20.000 botellas PET cada segundo. Esto significa que, desde que empezaste a leer esta historia, ya se han producido y consumido tres millones de botellas, las cuales, sin un manejo adecuado, permanecerán durante 450 años en el planeta. 

El PET está listo para ser llenado, vendido y distribuido, está al alcance de la población. ¿Pero qué pasa si bebes un litro de agua embotellada?,  es probable que ingieras alrededor de 24 mil fragmentos de plástico.

Los riesgos en el desecho del PE

Si el plástico se desecha, contamina paisajes, vías fluviales y ecosistemas, afectando a animales acuáticos y terrestres que a menudo lo confunden con comida, introduciendo este material en la cadena alimentaria. 

Por otro lado, cuando el plástico es incinerado, genera contaminantes nocivos, incluyendo el metano, que puede tener un impacto más significativo en el cambio climático que el dióxido de carbono en periodos más cortos, e incluso cuando el plástico se maneja de la forma más sostenible posible, se estima que sólo el 9 % de todos los residuos de plástico acaban siendo reciclados. Específicamente, sólo el 13 % de las botellas (que son el plástico de un solo uso más reciclado) están hechas de material PET reciclado.

¿Cómo revertir este daño?

Un informe reciente destacó que el mundo puede reducir la contaminación por plásticos en un 80 % para 2040. He aquí algunas formas de lograrlo: 

Para finaliza, cuando termines de leer esta historia, aproximadamente cinco millones de botellas de plástico habrán sido utilizadas y probablemente desechadas, por lo que se requiere  que toda la humanidad ponga de su parte para lograr un planeta #SinContaminaciónPorPlásticos.