banner 1

banner a1

logo

banner l

- Puebla, Pue. México.

04ocde01México ha avanzado en gran medida en la última década en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, especialmente en las áreas de educación, salud y empleo. No obstante, México obtiene buenos resultados sólo en algunas medidas de bienestar en comparación con la mayoría de los demás países incluidos en el Índice para una Vida Mejor.

México se sitúa cerca del promedio en satisfacción y compromiso cívico, pero por debajo del promedio en empleo y remuneración, estado de la salud, calidad medioambiental, vivienda, ingresos y patrimonio, sentido de comunidad, balance vida-trabajo, seguridad personal, y educación y competencias.

Aunque el dinero no puede comprar la felicidad, es un medio importante para lograr estándares de vida más elevados. En México, el ingreso familiar disponible neto ajustado promedio per cápita es de 13 085 USD al año, cifra menor que el promedio de la OCDE de 25 908 USD al año. Pero la brecha entre los más ricos y los más pobres es considerable; la población situada en el 20 por ciento superior de la escala de ingresos gana más de trece veces lo que percibe la población que ocupa el 20 por ciento inferior.

En términos de empleo, alrededor del 61 por ciento de las personas entre 15 y 64 años de edad en México tienen un empleo remunerado, cifra menor que el promedio de la OCDE de 65 por ciento. Cerca del 78 por ciento de los hombres tienen un empleo remunerado, en comparación con el 45 por ciento de las mujeres. En México casi el 29 por ciento de los empleados tienen un horario de trabajo muy largo, una de las cifras más altas de la OCDE, donde el promedio es de 13 por ciento; y, entre ellos, el 35 por ciento de los hombres trabajan muchas horas en comparación con el 18 por ciento de las mujeres.

Tener un buen nivel educativo y de competencias es un requisito importante para encontrar empleo. En México,el 37 por ciento de los adultos entre 25 y 64 años han terminado la educación media superior, cifra mucho menor que el promedio de la OCDE de 75 por ciento y una de las más bajas en los países de la OCDE. Esto se aplica más en el caso de los hombres que en el de las mujeres, ya que el 39 por ciento de ellos han terminado con éxito el bachillerato en comparación con el 36 por ciento de las mujeres.

En lo que respecta a la calidad del sistema educativo, el estudiante promedio obtuvo una calificación de 417 puntos en lectura, matemáticas y ciencias en el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) de la OCDE. Esta calificación es más baja que la media de la OCDE de 497. En promedio en México, las niñas superaron a los niños por 1 punto, cifra menor que la brecha media de la OCDE de 8 puntos.

En el campo de la salud, en México la esperanza de vida al nacer es de casi 75 años, cinco años menos que el promedio de la OCDE de 80 años y una de las más bajas en la Organización. La esperanza de vida para las mujeres se sitúa en los 77 años, en comparación con 72 años para los hombres. El nivel de partículas atmosféricas PM10 —partículas contaminantes del aire lo suficientemente pequeñas como para penetrar en los pulmones y dañarlos— es de 29.8 microgramos por metro cúbico en las grandes zonas urbanas, considerablemente más alto que el promedio de la OCDE de 20.1 microgramos por metro cúbico.

Asimismo, México tiene una actuación por debajo de la media de la OCDE en cuanto a la calidad del agua, pues el 67 por ciento de las personas dicen estar satisfechas con la calidad del agua, cifra menor que el promedio de la OCDE de 81 por ciento y una de las más bajas en la Organización.

En lo que concierne al ámbito público, en México hay un sentido moderado de comunidad y un moderado nivel de compromiso cívico: el 77 por ciento de las personas creen conocer a alguien en quien pueden confiar cuando lo necesiten, cifra menor que el promedio de la OCDE de 88% y una de las más bajas en la Organización. La participación electoral, una medida de la participación ciudadana en el proceso político, fue del 63 por ciento durante elecciones recientes, cifra menor que el promedio de la OCDE de 68 por ciento.

La condición social y económica puede afectar los niveles de votación, sin embargo, en México existe poca diferencia en los niveles de la sociedad; la participación electoral entre el 20 por ciento que ocupa el nivel superior de la escala de ingresos se estima en 63 por ciento, mientras que para el 20 por ciento que ocupa el nivel inferior se estima en 61 por ciento, lo cual sugiere que en México hay una amplia inclusión social en las instituciones democráticas.

En general, los mexicanos están más satisfechos con su vida que el promedio de la OCDE. Al pedirles que calificaran su satisfacción general ante la vida en una escala de 0 a 10, los mexicanos le otorgaron una calificación de 6.7, ligeramente más alta que el promedio de la OCDE de 6.6.