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- Puebla, Pue. México.

07politicasocde01Para lograr que México se transforme en una economía del conocimiento y supere la trampa del bajo crecimiento, productividad y bajos niveles de competencias, se requiere mejorar el nivel de habilidades y conocimientos de los mexicanos, dando prioridad a sectores como la ciencia, la tecnología y las matemáticas, explicó la directora de gabinete y sherpa ante el G-20 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Gabriela Ramos, durante la presentación del estudio “Políticas prioritarias para fomentar las habilidades del conocimiento de los mexicanos para la productividad y la innovación”.

“Hemos desperdiciado a la generación de jóvenes más preparados de nuestros tiempos”, aseguró Omar Rodríguez Alarcón, coordinador de Asesores del secretario de Trabajo y Previsión Social, ya que la desconexión entre las habilidades.

En México, las empresas presentan mayores dificultades para encontrar empleados con las capacidades que requieren, por ello, el documento plantea como punto base la inversión en educación vocacional y técnica de calidad, e incidir en la formación de un mayor número de universitarios en áreas tan descuidadas como la ciencia, la tecnología y las matemáticas.

En México, los trabajadores que ingresan en el mercado laboral muy pocas veces se conectan con actividades tecnológicas de alto nivel.

En el análisis del documento se establece que esto se debe a los bajos niveles de innovación de la economía mexicana; como ejemplo, en nuestro país tenemos un puntaje muy bajo en materia de patentes y publicaciones científicas relevantes; además, la inversión pública y privada en investigación y desarrollo se encuentra por debajo de casi todos los países de la OCDE, tenemos una base deficiente de investigación nacional y un ambiente poco desarrollado para el emprendimiento basado en el conocimiento.

A pesar de que el gobierno se ha puesto la meta de llegar a 1% del PIB de inversión en la materia, este esfuerzo, de acuerdo con el estudio, tiene que ser acompañado con inversiones privadas y una mayor capacitación tecnológica, poniendo especial énfasis en lograr un mayor número de especialistas en ciencia, tecnología y matemáticas.

En este sentido, Ramos aseguró: “Promover las ciencias es lo que nos va a permitir acceder a esa cadena de valor más avanzada, (...) México debería estar recibiendo cuatro veces más inversión extranjera, pero se requieren mayores habilidades”.

En el 2013, México registró el nivel más bajo de productividad laboral de la OCDE, 60% por debajo del promedio de la organización. Este mediocre desempeño, según el estudio, puede explicarse por el bajo nivel de competencias de su fuerza laboral.

En el 2012, 19% de los adultos entre 25 y 64 años tenía estudios de nivel medio o medio superior como su nivel máximo educativo y 18% más poseía estudios superiores, ambos porcentajes por debajo del promedio de la OCDE de 44 y 32% respectivamente.

En México, tener un mejor nivel educativo no necesariamente se traduce en un menor riesgo de desempleo, somos el único país de la OCDE en que la tasa de desempleo es más alta entre personas con estudios superiores; una de las explicaciones principales es el tamaño del mercado informal, que comparativamente mantiene a muchas más personas que el mercado formal.

Muchos estudiantes abandonan la escuela con un nivel educativo insuficiente pues no consideran el valor de dedicar más esfuerzo a la educación ya que existe una clara alternativa: el sector informal.

De acuerdo con datos de la Organización Internacional de Trabajo, en el 2013, cerca de 54% de los trabajadores eran informales, mucho más alto que lo observado en otros mercados emergentes.

El estudio explica que el mercado informal no es el mejor contexto para estimular la continuación de los estudios, los empleos en este sector no ofrecen un ingreso estable, atención médica, capacitación y en mediano plazo; además, no permite contar con pensiones básicas para la vejez.

Los trabajadores informales quedan atrapados en trabajos con baja exigencia de competencias y carecen de oportunidades para hacer una transición a un empleo de mayor calidad.

Las políticas para solucionar este problema deben considerar los pros y contras entre crear más empleos y mantener a los jóvenes en la escuela, las soluciones son muchas, sin embargo, definir cuál será la prioridad para el país, también es un trabajo arduo de investigación.