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- Puebla, Pue. México.

07ocde01Según un nuevo informe de la OCDE, resulta imprescindible que los gobiernos supervisen y evalúen con regularidad la educación y atención en la infancia temprana (ECEC, por sus siglas en inglés), a la vez que vigilan el desempeño del personal y el desarrollo de los niños con miras a elevar los estándares.

El informe Empezando con fuerza IV: Supervisión de la calidad de la educación y atención en la niñez temprana (Starting Strong IV: Monitoring quality in early childhood education and care) revela que, si bien la supervisión se utiliza cada vez más en la zona de la OCDE, se observan diferencias asombrosas entre los países.

“Sin supervisión y evaluación no es posible garantizar que los servicios de educación y atención en la infancia temprana cumplan con los estándares y objetivos esperados de aprendizaje de calidad en esta etapa de la vida”, manifestó Montserrat Gomendio, directora adjunta de Educación y Competencias de la OCDE, en el lanzamiento del informe durante un evento sobre políticas públicas de supervisión de ECEC en Dublín, Irlanda.

Con la creciente inversión pública en educación y atención en la infancia temprana, es ahora decisivo garantizar que los sistemas de ECEC funcionen adecuadamente y presten servicios de alta calidad. La supervisión no es importante sólo para fines de rendición de cuentas, sino también para el diseño de políticas y la identificación de los aspectos por mejorar en los servicios. Además, puede informar a los padres del nivel de calidad del servicio, dándoles herramientas para tomar decisiones sustentadas al respecto.
 
En el estudio se destaca que la calidad del servicio y el desempeño del personal, por ejemplo, suelen supervisarse, sobre todo mediante inspecciones complementadas con autoevaluaciones. En Irlanda y Finlandia, no es obligatorio realizar autoevaluaciones de la calidad del servicio nacional y generalmente se implementan en el ámbito local.

Casi siempre, los asesores externos de calidad, por lo regular inspectores, reciben formación continua en el trabajo o formación interna. En Australia, Chile, Alemania, Países Bajos e Inglaterra, requieren completar un programa educativo previo al servicio.

En un gran número de países, como Bélgica, Finlandia e Italia, no se capacita al personal o a los directores en prácticas de autoevaluación; en cambio, en Corea, Luxemburgo y México, por ejemplo, se brinda formación en el empleo.

Algunas otras tendencias y conclusiones clave de este informe son las siguientes:

Por lo general las decisiones sobre qué herramientas —como lista de verificación, entrevistas, documentación o encuestas internas— se usan para supervisar la calidad del servicio y del personal, se toman a nivel local, aunque México es uno de los pocos países que cuenta con algunas herramientas estandarizadas establecidas para disposiciones federales de atención en el hogar, por ejemplo.

Frecuentemente los enfoques o prácticas de supervisión se integran o alinean a la educación primaria, como sucede en México en todos los entornos que se supervisan, aunque las herramientas pueden variar entre ellos.

En Irlanda y Australia, entre otros países, las metodologías de supervisión mejoraron mediante el desarrollo de marcos nacionales de calidad. Debido a la amplia gama de entornos diferentes en México, con distintas autoridades responsables de estas disposiciones, se han desarrollado herramientas de supervisión para garantizar prácticas de supervisión congruentes.

La supervisión de la calidad del servicio se centra sobre todo en aspectos regulatorios: si los entornos cumplen con los estándares mínimos de seguridad, higiene y calidad estructural (como personal: proporción de niños por maestro y requerimientos de espacio) o las calificaciones del encargado de la atención y del profesor. El desempeño del personal aborda sobre todo las competencias generales de atención y enseñanza del personal y la implementación del currículum.

En los países de la OCDE, la supervisión del desarrollo de los niños se realiza principalmente a través de evaluaciones narrativas, la observación del desarrollo del menor a intervalos regulares y la documentación de las conclusiones en una historia o portafolios. Estas herramientas por lo común no están estandarizadas. La realización de pruebas no es una práctica estándar en la ECEC, a diferencia de la educación primaria o secundaria; sin embargo, en ciertas disposiciones ECEC mexicanas pueden utilizarse pruebas.

Para supervisar el desarrollo del niño en entornos federales con base en el hogar para menores de cero a tres años de edad, en México se desarrolló una herramienta de detección de elegibilidad normalizada para los pequeños de uno a 66 meses: el Cuestionario de Edades y Etapas (ASQ). Este cuestionario consiste en 21 cuestionarios para evaluar el desarrollo de los niños de manera congruente.

En el informe se resalta la necesidad y el interés crecientes de supervisar la calidad del proceso, la cual, según estudios realizados, es clave para garantizar entornos de aprendizaje estimulantes y de alta calidad. En México se supervisa una gran diversidad de aspectos como parte del proceso de calidad durante las evaluaciones del personal, lo que incluye las relaciones del personal con los niños, así como la capacidad de respuesta del personal a las necesidades de estos.

Como respuesta a la demanda de una mayor transparencia de los servicios públicos, en México y en varios otros países se ha mejorado el acceso a informes de supervisión de la calidad de los servicios de ECEC: los resultados de la educación preescolar obligatoria están disponibles para el público, en tanto que en el caso de otras disposiciones, lo están previa solicitud. Los resultados del desarrollo de los niños suelen compartirse solo con los padres y las escuelas primarias como apoyo para las transiciones.

A menudo, las consecuencias de los resultados de supervisión incluyen llevar a cabo una inspección de seguimiento o asegurarse de que el centro y el personal resuelvan las fallas por medio de procesos de formación. En México, los resultados desfavorables de la supervisión pueden generar también recortes de financiamiento o cierre de los servicios en casos extremos.