En quince años de funcionamiento, el Observatorio Chandra de rayos X, nos ha dado una visión del Universo que en gran parte está oculto para los telescopios convencionales, sensibles sólo a la luz visible.

Chandra ha captado cúmulos de galaxias, los mayores objetos ligados gravitacionalmente en el Universo, en el proceso de formación, obteniendo la mejor evidencia hasta ahora de que el cosmos está dominado por una misteriosa sustancia llamada materia oscura. Chandra también ha observado acumulaciones de gas cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro. Los átomos de este gas están condenados a la destrucción por la extrema gravedad del agujero negro.

La mayor parte de los elementos necesarios para la vida se forjan dentro de las estrellas y son inyectados en el espacio interestelar por la explosión de supernovas. Chandra ha rastreado estos elementos con una precisión sin precedentes.

Las estrellas jóvenes crepitan con llamaradas de rayos X y otras radiaciones energéticas. Mediante el estudio de cúmulos de estrellas jóvenes, Chandra nos puede dar una idea de cómo era nuestro Sol cuando la vida se estaba desarrollando en la Tierra.