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- Puebla, Pue. México.

Conmemoración del 2 de octubre debe ser pacífica y libre

14octupaep01La marcha conmemorativa del 2 de octubre de 1968  debe llevarse a cabo de manera pacífica y libre,  sin actos violentos de grupos vandálicos, porque esta es la petición que jóvenes estudiantes han expresado públicamente, afirmó Alejandro Guillén Reyes,  catedrático-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPAEP.

Mencionó que la sociedad debe estar atenta a lo que ocurra en la marcha del día de mañana en el Distrito Federal porque la marcha conmemorativa se ha desvirtuado en actos vandálicos y tropelías que no se deben tolerar en una sociedad que presuma de ser democrática, por lo que se debe agotar el diálogo para que haya soluciones pacíficas a los conflictos que surjan.

El catedrático de la UPAEP cuestionó “frente a tantos manifestantes cómo se debe utilizar la fuerza física, porque se corre el riesgo de lastimar a inocentes, pero el hecho de que se enjuician a militares en este momento puede llevar a la autoridad a inhibir este tipo de actos y minar la capacidad del estado para detener a los vándalos y enjuiciarlos, por eso, el asunto se torna  delicado y complicado”.

Recordó que  las manifestaciones se deben llevar a cabo de manera pacífica en donde se respeten los derechos de las personas que participan porque la libre manifestación está garantizada en la Constitución Mexicana.

Guillén Reyes recordó que el Estado tiene el uso legítimo de la fuerza, pero cuestionó “hasta dónde se puede ejercer este derecho cuando hay personas y al usar la fuerza física puede derivar en más violencia que se pretende combatir”.

Mencionó que los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional realizará una marcha este dos de octubre en donde ellos piden que por un lado el Gobierno del Distrito Federal se comprometa a no tener cuerpos policiacos que inhiben la manifestación y piden también que los grupos anarquistas no se mezclen, lo cual dijo es difícil porque cómo evitar que personas que tienen otro tipo de intereses se manifiesten.

Resaltó que los jóvenes que se manifiestan muchos no saben lo que ocurrió el 2 de octubre de 1968, sólo  saben que hubo muertos, pero otros no tienen  idea de lo que ocurrió, por lo que no se deben registrar actos vandálicos que pongan en riesgo las manifestaciones pacíficas.

Destacó que el  movimiento del 68 está circunscrito en la pugna por la sucesión presidencial de esa época y hubo intereses políticos de personajes como Luis Echeverría, en ese entonces Secretario de Gobernación, para ver hasta dónde podía controlar el movimiento o reprimirlo en aras de conseguir la presidencia de la República.

Actualmente los grupos que participan en la marcha de conmemoración  les interesa llevar agua a su molino y hoy se manifiestan diferentes grupos políticos que tratan de manipular la movilización social de los jóvenes para tratar de sacar provecho.

En conferencia de prensa habló del tema “2 de Octubre de 1968, el  Recuento de la Historia en  la Época Moderna”, y explicó que el movimiento estudiantil de 1968 exigía la libertad de presos políticos y derogación del artículo 145 del código penal para eliminar el delito de disolución social, que eran peticiones justas por las dosis de autoritarismo del presidencialismo mexicano.

Después de los trágicos sucesos en el que la cifra oficial fueron 44 muertos, cada año los sobrevivientes de la masacre ocurrida en la Plaza de las tres Culturas en Tlatelolco realizan una manifestación para conmemorar esta fecha y solicitar demandas de aclaración de acontecimientos de quién fue el autor intelectual y quién planeó los acontecimientos, pero a lo largo del tiempo se ha desvirtuado.

En los últimos años esta marcha generó una serie de acontecimientos vandálicos que generaron destrozos a ello se suma el uso excesivo de la fuerza de quienes están a cargo de la seguridad.

Mencionó que se han presentado varios hechos violentos, entre ellos, mencionó el de un militar y siete elementos de tropa que fueron puestos a disposición del juzgado sexto militar por los hechos ocurridos el 30 de junio pasado en Tlatlaya, Guerrero, en los que fallecieron 22 presuntos delincuentes abatidos por el ejército.

Lo que acaba de ocurrir en Iguala, en donde policías municipales abrieron fuego contra alumnos de la Escuela Rural de Ayotzinapa que viajaban en camiones, que dejó un saldo de cinco muertos y 25 heridos, uno con muerte cerebral y cuatro más de gravedad.

También un comando armado baleó al equipo  de tercera división de fútbol, los Avispones de Chilpancingo, dejando como saldo la muerte de un jugador y el chófer del autobús. A esto se agrega más de 50 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero.

Refirió que el uso excesivo de la fuerza por parte del Estado es algo que se debe resolver, porque hoy al igual que hace 46 años se tiene el reclamo social de abusos cometidos por quienes están a cargo de la seguridad.