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- Puebla, Pue. México.

11upaep01Las familias son las principales transformadoras de las conductas de las personas, principalmente de niños y jóvenes, promoviendo valores y principios encaminados al respecto de la dignidad humana, señaló el Mtro. Ricardo Fernández Fuentes, profesor de la Facultad de Derecho de la UPAEP.

Refirió que en fechas recientes el INEGI le dio a Puebla la medalla de oro con el primer lugar en discriminación a nivel nacional, pero faltó estudiar de manera más concisa y profunda los parámetros en que se basó la dependencia federal para determinar que es el estado con más discriminación.

Agregó, lo que es una realidad es que no podemos negar que en Puebla si tenemos en gran medida casos aislados de bullying, feminicidios, y que son conductas que no favorecen la armonía y estabilidad social.

En la Universidad “hemos consideramos que es fundamental que las familias estén más ocupadas y no preocupadas, es decir, deben ocuparse en reforzar sus estándares de buen ejemplo y de comunicación con sus hijos”, señaló el académico.

Indicó, “encontramos y es de esos casos aislados en los cuales el estado no tiene la culpa de la discriminación y esa es la realidad. La culpa de la discriminación está en casa, es en donde nacen los primeros síntomas que perjudican y envenenan a la sociedad a través de los colegios, a través de los grupos sociales, a través de los grupos deportivos y en ese sentido, buscamos emitir una recomendación para que en Puebla, tanto el sector público, el gobierno como las familias y los centros educativos como escuelas y colegios privados refuercen sus políticas hacia el interior de sus instalaciones, fortalezcan esa comunicación que hay con todos los alumnos para que a través de pláticas y campañas dirigidas a robustecer el derecho a la dignidad humana y a la no discriminación, se pueda impulsar este valor”.

Lamentó que se pueda observar claramente en la actualidad, tres grupos vulnerables que se ven muy afectados con el tema discriminatorio, el primero de ellos es el sector de las personas con discapacidad, fragmento de la sociedad vulnerable que hoy en Puebla, no goza de privilegios y preferencias, así como de derechos específicos, ni siquiera para subir al transporte público o caminar en el primer cuadro de la ciudad.

El segundo grupo, está representado por los indígenas, los campesinos, sector que se encuentra en las zonas rurales y se traslada a las grandes ciudades o la gente de la ciudad que asiste a las zonas rurales, son grupos que están expuestos a muchísimos temas de discriminación, desde el momento que “los vemos feo, desde el momento que los consideramos diferentes y desde el momento que no les queremos pagar lo adecuado”.

El tercer lugar y no menos importante, y que lo vemos muy presente en Puebla es el grupo de los migrantes, aquellas personas que vienen del extranjero, connacionales que están trabajando fuera del país y que regresan al estado y al país, encontrando acciones discriminatorias.

Advirtió que es lamentable que todos como sociedad tengamos arraigados algunos vicios que en vez de favorecer la armonía, vienen a perjudicarla, como es el caso de las personas que realizan el trabajo doméstico de la casa, cuando son maltratadas en su persona, por los adultos. Los hijos copian esos patrones de comportamiento y lo repiten pero afuera de casa. Otro claro ejemplo se da dentro del auto cuando no nos parecen las acciones del conductor de enfrente o de alado y nos encargamos de emitir palabras o comentarios que vienen a denostar o calificar la conducta del de enfrente.

Por lo tanto, señaló, es fundamental que esas políticas públicas se refuercen y es necesario que el estado intervenga para que de manera preventiva pueda participar de una manera directa en la vida diaria de los colegios, que es el lugar en donde se encuentra el gran semillero de personas, niños que necesitan aprender de conductas que estén bien arraigadas y cercanas a los valores y principios morales, con el único objeto de respetar la dignidad humana.