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- Puebla, Pue. México.

01fuerteunam01Recibí una institución fuerte, trabajando y con prestigio, y así la entregaré, planteó el rector de la UNAM, José Narro Robles, al presentar los principales logros de esta casa de estudios en el periodo 2007-2015.

La Universidad Nacional vive hoy una buena etapa, añadió. Trabaja, avanza y tiene un sinfín de iniciativas para mejorar su quehacer. Sus servicios y aportaciones a la sociedad son pertinentes, de calidad y constantes. Su vinculación con instituciones hermanas en el país y del extranjero son sólidas y genera resultados favorables.

En el Centro Cultural Universitario sostuvo que su administración rendirá cuentas de lo realizado a través de los canales establecidos. Los informes completos en torno a lo que se logró y lo que no se consiguió respecto de lo formulado en los dos planes de desarrollo, serán públicos.

“Los libros blancos para la siguiente administración están listos. Los estados financieros han sido y seguirán siendo sometidos al escrutinio de las instancias correspondientes, de las internas, de las organizadas por los poderes nacionales y de todos los interesados en revisarlos. Las cuentas han sido y serán claras”, reiteró.

Narro Robles dijo que durante su gestión nunca impulsó alguna acción sin consenso, ninguna medida que pudiera alterar la armonía y la tranquilidad que han caracterizado esta etapa.

“Avanzamos en muchos sentidos, siempre con el acuerdo de los integrantes de la comunidad involucrada en los distintos temas. De igual forma, nunca se cedió ante la presión y, en lo académico, por supuesto no se permitieron pasos atrás”.

En presencia de integrantes de la Junta de Gobierno, del Patronato Universitario y del Consejo Universitario, así como de doctores honoris causa, profesores e investigadores eméritos, exrectores y cuerpo directivo de la UNAM, expuso que esta institución es una casa de cultura grande y con grandeza, masiva y con excelentes niveles académicos.

Somos parte de una institución donde se forman los profesionales que han modernizado al país y que lo seguirán impulsando hacia mejores niveles de vida; donde se realiza parte importante de la investigación del país; donde se desarrollan todas las áreas del conocimiento, incluidas algunas que no tienen cabida en ninguna otra entidad; donde todas las expresiones de la cultura nacional o universal son cultivadas y recreadas.

Su vinculación con el sector productivo está bien consolidada. Su actividad y oferta cultural es rica, diversa e imaginativa. Su presencia física se consolidó en todo el territorio, y en el extranjero ahora está presente en siete países. Su infraestructura se ha ampliado y modernizado. Su presencia pública y prestigio están fuera de duda.  

Pero sobre todo, resaltó, la Universidad tiene tres lustros de continuidad, de consistencia y, mayormente, de tranquilidad. Ha tenido condiciones para avanzar por la estabilidad interna, por el pujante dinamismo del trabajo académico y por el apoyo dado por los poderes de la República. “Este año contamos con el mayor subsidio gubernamental de toda nuestra historia. Nada ha sido gratuito, todo lo han ganado los universitarios con su trabajo”.

El rector dijo sentirse orgulloso de que en estos ocho años el total de alumnos de primer ingreso ascendió a 710 mil, en tanto que se titularon 154 mil y se graduaron 32 mil especialistas, 22 mil maestros y cinco mil 700 doctores, además de que egresaron del bachillerato casi 210 mil estudiantes. La matrícula aumentó en más de 45 mil, cifra mayor a la de muchas instituciones públicas de educación superior.

En la Sala Miguel Covarrubias expuso que la labor de la UNAM supera a la de transmitir y generar conocimiento. El objetivo mayor tiene que ver con la formación de ciudadanos libres, con principios éticos y compromiso social, preparados para vivir en democracia.
“He podido reflexionar en numerosas oportunidades y estoy convencido de que la educación es uno de los grandes igualadores de la sociedad. Un bien público y social que rompe el paradigma de que ‘origen es destino’, que actúa como elemento liberador de los individuos y como condición indispensable para el progreso colectivo, para el desarrollo humano”.

He sostenido y hoy reitero que sin educación no hay porvenir alentador. Sin ella, sentenció, se disminuye la condición humana a la que se aspira, se pierde dignidad y no se concretan los supuestos requeridos para vivir en libertad y democracia.

En un mundo atrapado por las crisis más diversas: la financiera, la política, la social y la de valores, por mencionar algunas, la educación adopta la condición de insustituible, finalizó.

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