Aunque el cerebro es el centro neurálgico del erotismo, las zonas erógenas son capaces de funcionar por sí solas como potentes estimulantes sexuales. Las diferencias de sexo son importantes en el momento de clasificar las partes del cuerpo que son receptivas a la estimulación, sobre todo aquellas que tienen una mayor concentración de terminaciones nerviosas.

     Los resultados de la investigación Reports of intimate touch: Erogenous zones and somatosensory cortical organization, demuestran que existe "un notable nivel de correlación" entre hombres y mujeres.

     Realizada conjuntamente por neurólogos de las universidades de Gales y Bangor, junto con psicólogos de la Universidad de Johannesburgo, los resultados obtenidos  por el estudio reconocen que las mujeres son más sensibles, pero comparten con los hombres la gran mayoría de zonas erógenas.

     Al margen de las denominadas zonas primarias, áreas genitales tanto en hombres como mujeres, el cuerpo humano posee una gran variedad de zonas sexualmente estimulantes, que van desde los hombros hasta el interior de los muslos y la cadera.

     El perineo en el lugar en donde se concentran más terminaciones nerviosas que en el resto de los genitales, es la única parte del cuerpo incluida en que los hombres estallaron en sensaciones más que las mujeres, con un 4,8 frente a un tres. Por el contrario, las mujeres cuentan con diez zonas erógenas bastante más sensibles: la espalda, la nuca, las caderas, los hombros, el vientre y las muñecas, además de los labios y la parte interior de los muslos.

     El estudio no es determinante y están en juegos otros factores como son la cultura, las costumbres y creencias, así que todavía  hay mucho por averiguar.

Por: Fundación UNAM