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- Puebla, Pue. México.

06planificaibero01Según la paradoja de Stockdale, un exceso de optimismo puede conducir a un espiral de negatividad producido por la desilusión de las expectativas sin cumplir. Su principal enseñanza es el valor de vivir en la realidad para aprender de ella, especialmente durante una época cambiante como actual.

Entre todas las lecturas que ofrece la pandemia, una de las primordiales debe estar orientada a la configuración de modelos económicos más justos. Para el Ing. Arnol Escoto Cervantes, director general de Microsip, la nueva estructura socioeconómica tendría que atender problemáticas como la pobreza, desigualdad de género y el cambio climático, poniendo siempre a las personas en el centro.

El empresario compartió con el alumnado del Departamento de Negocios de la IBERO Puebla cómo su gremio resintió los estragos de la emergencia sanitaria en la forma de cierre de actividades no esenciales. La intermitencia de operaciones llevó a despidos multitudinarios que obligaron a las personas a encontrar sustento en la precariedad del mercado informal. “Según el Banco Mundial, entre 80 y 100 millones de personas cayeron en pobreza extrema en 2020”.

Las nuevas condiciones de los mercados han levantado nuevos cuestionamientos sobre la sostenibilidad de los modelos de negocios, tanto en cuestiones de producción y distribución como en el cambio de hábitos de consumo de los clientes. Aun así, hay esperanzas: estudios revelan que cerca del 50% de las empresas estadounidenses surgieron durante algún periodo de crisis.

Esto fue posible gracias a la ruptura con las viejas prácticas. Escoto Cervantes identificó la consolidación del comercio electrónico como el horizonte al que todas las empresas tendrán que apuntar para conservar su competitividad. “Tenemos una gran oportunidad para dar un salto a la transformación digital. El mundo cambió: tenemos que ser creativos”.

La adopción de la tecnología como vehículo para el intercambio con la clientela permite explorar nuevas formas de comercializar y generar valor. No obstante: “el e-commerce no es una estrategia como tal, sino que hace que la estrategia que tengas funcione”. Arnol Escoto recordó que la transformación digital implica un proceso de apertura a los inminentes avances tecnológicos.

 

Adaptarse a las tendencias

Antes de la pandemia, Distribuciones y Representaciones SUMAR S.A. de C.V., repartidora de comestibles y desechables, cumplía cabalmente con las disposiciones sanitarias y del cuidado de los productos para atender a 60 clientes diarios. La demanda aumentó con el encierro prolongado debido a que las tiendas de conveniencia se convirtieron en una alternativa primaria para el abastecimiento de las despensas.

Con una planta trabajadora de 70 personas y con 22 vehículos a su disposición, el Mtro. Pablo Vélez Quintana Roo apreció en las primeras semanas de realidad coronavírica una oportunidad para mejorar sus estándares de calidad sanitaria. El contagio de algunos de sus colaboradores en abril de 2020 aceleró los procesos de capacitación y acreditación de su carácter de esencialidad.

Desde aquel primer percance, la empresa adecuó las instalaciones con todos los protocolos de bioseguridad requeridos por las autoridades. Además, han mantenido un monitoreo permanente del personal, el cual, en caso de mostrar síntomas, es enviado a casa con goce de sueldo intacto.

Como explicó el gerente general de la empresa con sede en Cuernavaca, las distribuidoras deben estar atentas a los cambios en los hábitos y tendencias de consumo. De acuerdo con Deloitte, S. Latam, durante la primera etapa de la pandemia los mexicanos invirtieron principalmente en comestibles y artículos para el hogar, mientras que actividades recreativas y de viajes decayeron considerablemente. La cultura del ahorro también incrementó ligeramente.

Las ventas disminuyeron en productos de mayor volumen debido al cierre de los restaurantes y hoteles. En cambio, las presentaciones de menor gramaje, así como los comestibles empaquetados y procesados, presentaron incrementos en ventas gracias a la domesticación general del consumo. Los desechables, ahora biodegradables, duplicaron sus ventas en los últimos tres meses.

El mayor reto para la industria alimentaria es proporcionar alimentos en los puntos de venta de manera oportuna; mantener estrategias de precios accesibles; adaptarse a las condiciones cambiantes, y afianzar la fidelidad de los clientes con las marcas. “Lo que nos da confianza es que el personal esté convencido de que la empresa les da todo lo necesario para que estén protegidos”, aseguró Pablo Vélez.

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