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- Puebla, Pue. México.

12Este 16 de noviembre se conmemora el trigésimo aniversario de las y los mártires de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador. Por este motivo, la IBERO Puebla, a través de la Cátedra Latinoamericana Ignacio Ellacuría, S.J., celebró la Jornada La Universidad frente a la realidad. Ellacuría, legados y martirio.

Como parte de la ceremonia de inauguración, el Dr. Francisco Valverde Díaz de León, director general del Medio Universitario, dio la bienvenida a los pensadores que inspiran la cultura del cuidado, haciendo alusión a la Campaña Universitaria. De igual manera, agradeció la iniciativa de abordar la ideología Ellacuría en las aulas para fomentar un sentido de sensibilidad y acción.

Por su parte, el Mtro. Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales, recordó que la Cátedra Latinoamericana Ignacio Ellacuría, S.J. es la primera interinstitucional del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Refrendó el propósito de recuperar el pensamiento y legado del pensador que le da nombre, así como iluminar el presente y las posiciones actuales de las universidades frente al contexto.

Encabezando la conferencia inaugural 30 años de legados de luchas en América Latina, el activista uruguayo Raúl Zibechi compartió que, en una visita reciente a El Salvador, pudo corroborar que la esencia de vida de los años 70 prevalece, sobre todo en la comunidad de San Romero.

Comentó que, en su tiempo, Ignacio Ellacuría, SJ denunció la violencia como un fenómeno estructural: comprendía la violencia revolucionaria, pero no la apoyaba. Desde la perspectiva del autor uruguayo, la guerra es un mal camino porque reproduce sistemas que se busca combatir.

Para Zibechi, los pueblos indígenas se manejan bajo una doble dinámica de resistencia y creación de nuevos mundos. Las vanguardias y los aparatos políticos no indican los caminos, sino la sabiduría y compromiso emocional de los pueblos. Compartió el ejemplo de las autodefensas como un camino distinto para afrontar la violencia y manifestar el sentido de comunidad.

Concluyó señalando que este es solo un paso más abonando a las acciones en vida de Ignacio Ellacuría. “Los movimientos y pueblos empiezan a defenderse de otros modos. Comienzan a transitar un camino de rebeldía, autodefensa y no guerra”, cerró.

Tomando el relevo, el Fr. Miguel Concha, director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, comenzó compartiendo el impacto que tuvo el martirio de los jesuitas, al grado de que la UNAM, institución laica, se pronunciara en torno a estos hechos. “El pensamiento, cuando está comprometido con la historia, incide y se vuelve peligroso para los que defienden el statu quo”, reflexionó.

Citó que Boaventura de Sousa Santos, quien considera que “vivimos en un tiempo de preguntas fuertes y respuestas débiles.” Una respuesta a dichas preguntas, continuó, son los derechos humanos desde una lectura latinoamericana.

El teólogo reconoció que, en el contexto de Latinoamérica y del Caribe, los derechos humanos son el resultado de movimientos de lucha. Representan condiciones indispensables de vida para potenciar al ser humano en relación íntima con la naturaleza. “Detrás de todo derecho está la historia de alguien cuya sangre, si se lee con atención, escurre entre líneas”, sentenció.

Al final de su intervención, el Fr. Concha propuso un modelo de derechos humanos que comprenda la aplicación “desde abajo”, con y para los grupos históricamente marginados. “Los derechos humanos hegemónicos se contraponen al modelo latinoamericano liberador, uno en el que sobresalen por su papel transformador”, concluyó.