banner 1

banner a1

logo

banner l

- Puebla, Pue. México.

10La universidad jesuita, en colaboración con la coordinación general de la Comisión Católica Internacional de Migración (CICM, por sus siglas en inglés), presentaron la junta especializada en el marco de la investigación El futuro del trabajo después de la Laudato Si’.

“México tiene índices de trabajo bastante bajos, pero eso no significa que quien tiene trabajo lo haga en condiciones de decencia: tenemos poco desempleo, pero poca calidad en el trabajo”: Mtro. Juan Manuel Martínez Louvier.

Representantes de la IBERO Puebla y la CICM participaron en la ceremonia inaugural del Seminario que pretende traer a discusión la situación actual en materia económica y laboral. La bienvenida al evento fue encabezada por el Mtro. Mario Ernesto Patrón Sánchez, rector de la Universidad, así como la Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica.

En su mensaje, el Mtro. Patrón señaló la ausencia de oportunidades de futuro para las juventudes en nuestro país. “Para nosotros, el trabajo puede constituir una oportunidad para la paz y la justicia social. Vivimos en un México cada vez más complejo con índices cada vez más escandalosos”, apuntó.

Consideró que, en una nación con 54 millones de pobres, dicha condición se explica a través de la desigualdad, además de una ausencia de estado democrático de derecho. También denunció el trabajo de jóvenes y niños sicarios frente a la ausencia de posibilidades y condiciones de futuro. Hoy, cuando hay parcelas de nuestro país en las que los tejidos sociales están fracturados, las instituciones ya no hacen el mismo papel de cohesión social que ejecutaban en otros tiempos.

El rector de la IBERO Puebla concluyó agradeciendo la presencia y disposición de los representantes de la Comisión Católica, así como a las personas en el Laboratorio de Innovación Económica y Social (LAINES) por establecer un vínculo que busca traer a discusión diferentes alternativas de trabajo.

Tomando la palabra en representación de los invitados, el Mons. Robert Vitillo, secretario general de la CICM, recordó que la Comisión se fundó en 1951 por diversas organizaciones que se ocuparon de migración y refugiados, lo cual continúa hasta el día de hoy.

Apuntó que casi 30 organizaciones católicas internacionales vienen a la Conferencia Internacional sobre el Trabajo cada año en Ginebra con el fin de estudiar políticas comunes y desarrollar una ponencia, misma que derivó en la investigación El Futuro del Trabajo.

Más tarde, el Mtro. Alessandro Grassi, coordinador del eje Paz y Justicia de la investigación El futuro del trabajo después de la Laudato Sí, dio detalles sobre la forma en que dicho trabajo comenzó a cobrar forma. “La pregunta que se nos presentó fue: ¿Cómo los cambios en el mundo del trabajo afectan las condiciones de paz y justicia en un entorno específico?”, rememoró.

De igual manera, la investigación llevó a la necesidad de establecer una definición clara de lo que es la justicia social. En primera instancia, se opta por un concepto que contempla la nulidad de violencia social, misma que es aquella violencia ejercida por las estructuras de la sociedad y que no permite el desarrollo de las personas.

El coordinador comentó que el mundo del trabajo se presenta bajo dos aspectos. La cuestión económica, la cual define el acceso a los recursos que posee cada persona, y el diálogo social, que se asume como la capacidad de los sujetos de afirmar sus intereses con una herramienta libre de violencia directa para alcanzar su realización plena.

Se identificaron siete categorías analíticas para descomponer un entorno e investigar los efectos reales y concretos, en términos de paz y justicia, vinculados al mundo del trabajo: propiedad de los medios de producción, marco legal institucional, educación, vivienda, salud, tiempo y distribución de la riqueza.

Durante su intervención, el Mtro. Ignacio Alonso Alasino, Project Manager de la International Catholic Migration Comission y coordinador general de la investigación mencionada, reconoció que “el documento presenta la idea de que nos enfrentamos a una crisis global, no solo social o ambiental”.

Planteó algunos desafíos a los cuales habrá que enfrentarse en los próximos años, como el desempleo, la economía informal y la pobreza. En contraste, el académico propuso afrontar el mundo del trabajo a través de un enfoque basado en la colaboración, el diálogo y propuestas constructivas, siempre con la dignidad para todos como eje rector.

De igual manera, el Mtro. Alonso compartió algunos objetivos operativos, como establecer sinergias y redes, estimular la reflexión y desarrollar capacidades para abogar en cuestiones vinculadas al mundo laboral. Que a su vez se rigen por tres ejes de resultados esperados:

Construir y apoyar a la sinergia y construir nuevas redes para el intercambio de conocimientos y cooperación, integrar la dimensión humana y la dignidad humana a partir de seis áreas distintas de investigación.

Elaborar un documento que ofrezca perspectivas antropológicas, económicas, sociales, laborales y de gobernanza.

Reforzar la capacidad de los socios en la participación en el diálogo, donde las instituciones vinculadas puedan abordar sus necesidades, así como generar una plataforma de conocimiento que facilite el acceso a los documentos.

En el cierre de la jornada inaugural del Seminario, el Mtro. Juan Manuel Martínez Louvier, director general del Instituto Nacional de la Economía Social, reconoció la urgencia de reflexión en torno a la violencia y el trabajo, sobre todo por lo que ocurre en la frontera entre México y Estados Unidos.

La economía social es la concreción de un mecanismo que no permite las desviaciones que hemos podido ver en el capitalismo. “Los ejes más poderosos de la economía deben centrarse en las personas o no habrá futuro para ellas”: Martínez Louvier.

El maestro se enfocó en la violencia relacionada con el modelo económico que ha prevalecido desde hace treinta años. Señaló que algunas crisis se generan cuando uno o varios líderes deciden hacia dónde van los excedentes económicos. Las decisiones capitalistas generan que dichos excedentes sean invertidos, nuevamente, en la actividad productiva que nutra la riqueza.

Expuso que, en Europa, se limitaron los comportamientos capitalistas para frenar el crecimiento de la desigualdad, contrario a lo que ocurrió en Estados Unidos. Las proyecciones hacia el 2050 señalan que, de mantenerse los modelos económicos actuales, la desigualdad se mantendría en aumento. Cerró analizando la situación de nuestro país, donde el gobierno pretende deslindarse de lo económico para atender, en primera instancia, las urgencias sociales.