El Mundial es uno de los espectáculos más importantes y esperados por los aficionados; detrás de la euforia, el entusiasmo, las previsiones, están otros aspectos socioeconómicos, sociopolíticos y también psicológicos importantes que mencionar.
El deportista debe estar no sólo física, o técnicamente preparado, debe tener un buen entrenamiento psicológico, que lo disponga a “vencerse a sí mismo” en el miedo, dolor, cansancio y también los propios límites; las ideas irracionales, prejuicios, obstinación, egocentrismo.
Claudia Rivas, experta en Psicología Deportiva, de la Universidad Anáhuac Puebla, resalta que es indispensable, no sólo la habilidad y creatividad del deportista, sino su inteligencia emocional, ya que ésta tiene un gran peso en el momento del juego.
“El deporte es una tarea ardua, que exige también un entrenamiento conjunto, más allá de las destrezas técnicas, se necesita un entrenamiento para la colaboración, disposición, liderazgo, desarrollo de valores”, comenta la Dra. Leticia García Zepeda, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Anáhuac.
“La educación y los educadores, debemos aprovechar las herramientas y los momentos que brinda la práctica del deporte, para educar a niños y jóvenes en estos principios y valores.”
García Zepeda afirma que en la actualidad se ha olvidado este recurso en la educación, por la prisa, el tipo de juegos, la tecnología, la urgencia de conocimientos, y asegura que son pocos los padres de familia y maestros, que propician una actividad física ordenada y comprometida.
También comentó que las escuelas tienen mucho que hacer al respecto, ya que pueden transformar a la sociedad, si en ellas se conduce el talento, la fuerza física, las cualidades, si se trabaja por la salud y los hábitos sanos, en acciones conjuntas, pues es la única forma de dejar de ocupar los penosos primeros lugares en bullying, obesidad infantil, violencia contra la mujer.
Un buen deportista sabe o aprende, que la principal competencia, la mejor lucha, el mejor esfuerzo y victoria, es la que emprende consigo mismo, por eso ama el deporte, al adversario y el esfuerzo, porque son medios para su propia perfección, este es el sentido de su competitividad.
“Habría que pensar en convertir las escuelas en zonas seguras, remansos de creatividad y de acción ordenada, haciendo del deporte también “escuela de paz”.
En estos procesos, la Psicología Educativa y la Psicología del Deporte, se convierten en un área científica relevante, un campo de investigación con mucho futuro, un área de oportunidad para el desarrollo, por ello, la Escuela de Psicología de la Anáhuac, ofrece una formación integral de vanguardia.
En el plan de estudios están incluidas materias como: “Counseling”, Dinámica de grupos y Psicología Deportiva, que aportan elementos de conocimiento para el “Coaching” y la base para la dedicación a éste nuevo paradigma de la Psicología.