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- Puebla, Pue. México.

Promueve BUAP "A Pata", una cultura de movilidad equitativa

09patabuap01Que cualquier persona, sin distinción alguna, pueda transitar en calles tranquilas con banquetas amplias, confortables y seguras, sin las molestias del sol, el ruido, la contaminación, ni la agresión de los automovilistas parece una utopía generalizada en los habitantes de las ciudades mexicanas; no obstante, para un grupo de universitarios de la BUAP esto no es una fantasía, es un derecho que quieren hacer efectivo.

     A través de un colectivo llamado A Pata, estudiantes de distintas licenciaturas de la Institución, en su mayoría de Urbanismo y Diseño Ambiental, buscan hacer valer el derecho de los ciudadanos a la movilidad peatonal. Su misión es procurar condiciones equitativas para los peatones en la ciudad de Puebla a través de la realización de distintas actividades de evaluación, intervención y seguimiento vinculadas con los diversos sectores de la población.

     Ellos llaman a estos procesos los “verdaderos retos peatonales”, es decir, promueven en la sociedad un trabajo que favorezca la convivencia entre automovilistas, ciclistas y peatones en condiciones de equidad, favoreciendo al que se encuentre en mayor riesgo, descuido y vulnerabilidad.

     El interés inicial de este colectivo surgió a partir del conocimiento de que todos los seres humanos, antes de ser ciclistas o automovilistas, son caminantes, entes de naturaleza peatonal. “Las personas en cualquier parte de su día, sin importar su condición social, física o mental, tienen que trasladarse a pata de un punto a otro y tienen el derecho natural para hacerlo”, expresó Denisse Larracilla Razo, estudiante de la Facultad de Arquitectura de la BUAP y miembro de A Pata.

    Señaló que todos los mexicanos, así como cualquier ser humano, tienen derecho a vivir en ciudades diseñadas en función de las personas y no orientadas a la movilidad con vehículos particulares. Este derecho, dijo la estudiante, debe reflejarse en infraestructuras peatonales como banquetas y pasos peatonales “más seguras, confortables, incluyentes, sin obstáculos y sobre todo, más equitativas”.

     -¿Por qué se habría de generar un espacio en la agenda pública para reflexionar en torno al peatón?

     -“Pues porque todos, si excepción, somos peatones y, por consecuencia, todos sin excepción tenemos el derecho natural a caminar con dignidad, de ‘adueñarnos’ del espacio público”, dijo.

     Su opinión está basada en la Carta de los Derechos del Peatón que el Parlamento de la Comisión Europea adoptó en 1988. En este documento se profundiza sobre el derecho natural de todos a la movilidad y sobre las condiciones con las que se debe ejercer.

     Larracilla Razo dijo que se debe generar una mayor participación social en estas cuestiones; “buscamos generar más puntos amables en la ciudad: lugares en donde la gente disfrute una vista tranquila, goce de caminar. Más espacios destinados para las personas y no para el automóvil”, comentó.
Agregó que de acuerdo al Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, del total de recursos ejercidos en movilidad en México el 77 por ciento se destina a inversiones para favorecer la movilidad en automóvil particular y sólo 3 por ciento se invierte en infraestructura peatonal; esto pese a que sólo el 20 por ciento de los viajes en las ciudades mexicanas se realiza en auto mientras que prácticamente toda la población camina. Por ello, la estudiante sostiene que “la política actual de movilidad es inequitativa”.

     Para lograr el cambio de este paradigma, los integrantes de A Pata han realizado caminatas en algunas calles Puebla para evaluar las condiciones de la infraestructura peatonal de zonas como los barrios de Santa Anita y El Refugio, la Avenida Juárez y las zonas circundantes al Centro Comercial Angelópolis y el Triángulo las Ánimas, y concientizar sobre este tema a la población en general.

     Coordinaron parte del Triatlón Ciudadano convocado por la asociación civil Actívate X Puebla y que tuvo como fin la promoción del uso de transportes no motorizados, de la convivencia en el espacio público y de la exclusión que viven en las ciudades las personas con discapacidad. Buscan, en sí, generar una mayor participación ciudadana en los temas de movilidad.

     Los patones de este colectivo universitario comentaron que al caminar, al igual que todos los que transitan a pie, se enfrentan con obstáculos como paradas y contenedores de basura mal colocados. Pero su idea no es enemistar a los viandantes con otros ciudadanos que prefieren otros medios de transporte, sino generar condiciones equitativas para todos en el espacio público.

     “Los poblanos no quieren caminar no porque no les guste, sino porque las condiciones en donde lo hacen no son adecuadas. Tenemos que bajarnos de las banquetas sólo porque hay un coche estacionado en ellas, eso no debe ser”, comentó Dafné Borromeo Badillo, otra de las patonas universitarias quien además relató una de las tantas experiencias que han cambiado su visión en temas de movilidad.

     “Una vez le pregunté a una niña sobre cómo le gustaría que fueran sus calles para caminarlas. Ella respondió que no le gustaba hacerlo. Cuándo le cuestioné el por qué, la niña, como de 4 años de edad, reflexionó y cambió de parecer. Me dijo que sí le gustaba caminar, que lo que no le agradaba es el sol, el ruido y la rapidez con la que tiene que hacerlo. Si las calles tuvieran colores, sombra y pajaritos sí caminaría y caminaría mucho, me dijo la niña muy convencida”.

     Ante ello, el colectivo A Pata invita a todos a unirse a este movimiento peatonal que no busca la confrontación con los que “aparentemente no caminan”, sino que desea incorporar a cualquier tipo de ciudadano con el propósito de generar una convivencia equitativa entre los automovilistas, ciclistas y peatones en el espacio público. “Es tiempo de que las ciudades sean del ser humano y no de las máquinas, es el momento para que los peatones caminen por su ciudad, la vivan”, concluyó.