banner 1

logo

banner l

- Puebla, Pue. México.

01buap01Hace un par de décadas en Europa y Norteamérica comenzaron a desaparecer abejas y abejorros. Algunas especies, incluso, fueron declaradas en peligro de extinción. Esta situación ha provocado daños serios al ecosistema, ya que al romperse la interacción planta-polinizador, el vegetal no se reproduce y no se generan frutos de consumo para ningún organismo.

Es así como hoy se vive una crisis de polinizadores y la mayoría de los estudios se centra en conservar este tipo de insectos. Sin embargo, existen otros que desarrollan la misma función, como mariposas, moscas y escarabajos. Uno es la abeja Melipona, objeto de estudio de la doctora Dulce María Figueroa Castro, investigadora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, quien pretende retomar su papel en la conservación ecológica.

Las abejas Melipona o sin aguijón producen una miel apreciada por sus cualidades curativas y nutricionales. Son conocidas como “abejas de los mayas”, quienes iniciaron su domesticación. Desafortunadamente fue desplazada por la abeja europea (Apis mellifera) que se introdujo en México en el siglo XVIII, misma que se multiplicó a finales del XIX.

“La idea es desarrollar un proyecto con miras a conocer más sobre su biología y contribuir a su conocimiento, para que la población las maneje mejor y obtenga mayores beneficios de estos seres vivos”, explicó la también responsable del Laboratorio de Interacciones Ecológicas.

Para este fin, la académica trabajará de manera coordinada con un grupo de locatarios de Cuetzalan, Puebla, el cual mantiene colmenas de dos especies de abejas Melipona, pero desconoce la biología de las mismas. Un proyecto similar también se pondrá en marcha en Hueytamalco, comunidad localizada en la parte noroeste del estado de Puebla, colindando con Veracruz.

Figueroa Castro, doctora en Ciencias por la Universidad de Missouri, en Estados Unidos, indicó que durante el desarrollo de esta investigación se conocerá el tipo de flores que prefieren estas abejas silvestres y su proceso de forrajeo, entre otros aspectos de su comportamiento, con la intención de no alejar sus recursos y desgastarlas con vuelos largos.

“El primer paso es saber el origen de su alimento -qué plantas son sus fuentes de néctar y polen-, además se verán sus patrones de forrajeo, si tenemos dos géneros saber si compiten por los recursos y qué elementos infectan los cajones, entre otra información que ayude a los pobladores a tener una mejor producción y así propiciar condiciones favorables para este tipo de abejas”, precisó.

De esta manera, este tipo de estudios permite conocer la diversidad de abejas en una comunidad vegetal determinada y proveer información que facilita y propicia la realización de otro tipo de estudios, taxonómicos, biogeográficos, de historia natural, comportamiento o sobre aspectos ecológicos.

Importancia de las abejas

Con situaciones como la agricultura masiva, la deforestación y el desarrollo urbano en regiones antes silvestres, los polinizadores han visto disminuidas sus poblaciones al no encontrar recursos alimenticios, sitios de nidificación y recursos para hacer sus nidos, lo cual ocasiona la disminución de las especies de plantas a las cuales polinizan.

Entre estos, las abejas son uno de los grupos más comunes de insectos de gran importancia ecológica y económica, gracias a sus hábitos alimenticios; de ahí la relevancia de su estudio. Más allá de la comercialmente Apis mellifera, se encuentran las silvestres que conforman aproximadamente el 90 por ciento del total de las abejas del mundo, son muy variadas, su biología es poco conocida y sus relaciones con el ser humano mucho menos.

La idea de mantener abejas sin aguijón para polinización en campo abierto es relativamente nueva. Algunas especies, como la Melipona, pueden ser susceptibles de ser manejadas como polinizadores efectivos, ya que tienen colonias grandes, son dóciles, adaptables a domicilios artificiales y pueden ser mantenidas en los mismos nidos originales en los que se encuentren.

banner e1 i