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- Puebla, Pue. México.

deportes

Rayadas y Pachuca enfrentarán al AC Milan

05messi01Lionel Messi contrapone los dichos de su falta de argentinidad con las velitas que sopla: el feliz cumpleaños es su himno. Su historia siempre va a estar marcada por la de ser un pibito al que sacaron de su envase de vida de pibito y lo pusieron en otro lugar, pero, a la vez, no sonará nunca tan rara en la historia de un tipo al que alguien le dio el talento de poder hacer cosas que no vienen en el envase de los seres humanos.

Pero en cualquiera de las discusiones nadie podrá dudar que siempre eligió la pelota y nacer el 24 de junio, el mismo día que Juan Román Riquelme, lo obligó a tener un vínculo especial con la Selección Argentina: ya en 2005, en la Copa Mundial Juvenil, festejó sus 18 años en Holanda, mientras se jugaban los cuartos de final.

La historia siguió sucediéndole entre las velas de su cumpleaños. Fue el año siguiente, exactamente, no tan lejos de su casa de Barcelona, bastante más lejos de su hogar de Rosario. Junto a Riquelme sopló, en la concentración de Argentina, en el medio del Mundial de Alemania, en su primera competición en la Selección mayor, cumplió 19. No fue cualquier día: esa noche, Maxi Rodríguez metió un zapatazo desde la casa y, en el suplementario, metió uno de los mejores goles de la historia de Argentina, logrando el pase a los cuartos de final.

Al año siguiente, en 2007, Messi estaba concentrado para jugar la Copa América 2007, en Venezuela. Ya estaba con sus compañeros, aunque la Copa, todavía, no había comenzado, ya que la pelota empezó a rodar recién el 26 de junio, dos días después. Eso no quitó que, otra vez, sus compañeros aparecieran con una torta y le cantaron el feliz cumpleaños.

Tuvo un poco de descanso como para poder pasarlo con su familia. Una curiosidad es que su cumpleaños nunca caía en etapa de liga española. Pero en 2010 volvió. En pleno Sudáfrica, con Diego Maradona como entrenador, Messi volvió a pasarlo en esa extraña familia que ha conformado con Sergio Agüero, Ángel Di María, Javier Mascherano y otros grandes amigos.

Y otra vez pudo festejar lejos de la Selección por un tiempo, ya que los calendarios de la Copa América 2011, esta vez, lo favorecieron. Recién en 2014, en el Mundial, volvió a sucederle. Esta vez, ya siendo padre, con su familia en Belo Horizonte, pudo soplar las velitas, mientras el sueño argentino por ganar la Copa en Brasil no paraba de avanzar.

Quién dice, alguna vez, los deseos de las velitas dejen de ser decorativos. Quizás, ahora, Messi pidió ganar la Copa y se le dé.

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