El neerlandés Max Verstappen dominó de principio a fin y conservó la posición desde la pole para ganar el Gran Premio de Mónaco, carrera donde el mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez quedó en el lugar 16.

Checo tuvo su peor fin de semana de la temporada hasta el momento: primero falló en la clasificación, donde un error garrafal lo condenó a salir desde el fondo de la parrilla; y después, cuando su estrategia para mitigar dicha situación fracasó.

El plan era ir de inmediato a los boxes y colocar neumáticos duros para cumplir con el requerimiento de usar dos diferentes tipos de neumáticos en la carrera, escenario en el que después intentaría aprovechar las paradas de los demás pilotos y avanzar lo más posible en la contienda.

Sin embargo, el mexicano se atoró de inmediato por culpa de un embudo formado por el Williams de Logan Sargeant, el Haas de Kevin Magnussen y el Aston Martin de Lance Stroll entre las posiciones 16-13.

Tras casi una vuelta en esa dinámica, Magnussen rebasó al Williams y animó a que Stroll y Pérez aceleraran para dejar a ‘Checo’ en la posición 16, aún sin poder adelantar a su excompañero canadiense.

Max Verstappen alcanzó a ese pelotón para confirmar una vuelta de ventaja sobre ellos y fue el momento que Pérez intensificó la ofensiva para sacarse a Stroll; sin embargo, un roce en el momento clave frustró sus intenciones.

El de Red Bull lo volvió intentar y ahora su presa era Magnussen. De lograrlo, subiría a la posición 14; pero en su maniobra el alerón delantero golpeó la parte trasera del Haas, lo que dañó la pieza del mexicano y con eso se vio a regresar a pits, dándole fin a la estrategia inicial.

La llegada de la lluvia solo acentuó la situación y Sergio Pérez prácticamente se quedó sin posibilidades pasada la primera mitad de la carrera.