Aún con las protestas, retrasos y descontento social, la copa del mundo ha impulsado la imagen de Brasil, así lo consideran analistas al revelar que los beneficios, a largo plazo, serán un ganacia.
Ser sede del Mundial de la FIFA genera al país cantidades masivas de publicidad mundial, pese a lo negativo se tienen los reflectores puestos en Brasil, la academica, Lourdes Casanova, insiste en que el país “tiene la oportunidad de demostrar que no solo es samba, carnaval y playas. En el pasado, países como China, Japón y Corea han utilizado eventos como este para enviarle un mensaje al mundo: ‘Aquí estamos, somos uno de ustedes. Un país desarrollado con la infraestructura que lo acompaña”.
Con los retrasos en la construcción en vísperas del evento, ese mensaje parece sonar cada vez más hueco. Los retrasos han afectado los sistemas de transporte del aeropuerto, los carriles rápidos de autobuses y no menos de tres estadios.
Parte del desafío es la magnitud del evento. El Mundial se llevará a cabo en 12 ciudades que se extienden sobre un área que es aproximadamente del tamaño de Estados Unidos. Por el contrario, los juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, sin duda un evento aún más grande, se organizan en una sola ciudad.
Desde la década de 1980 hasta mediados de la década de 2000, el gobierno brasileño estaba tan inmerso en el pago de su deuda externa que apenas invirtió en infraestructura, advierte Casanova. “Ese déficit no puede resolverse en menos de 10 años”.
“Con los megaeventos como este, siempre hay una posibilidad de que las personas terminen en condiciones de trabajo forzado que pueden rayar en la esclavitud”, considera la responsable del Programa Especial de Acción para Combatir el Trabajo Forzoso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Beate Andrees.
Con todo y ello esta enorme publicidad será especialmente beneficiosa para el turismo, afirma Casanova, originaria de Barcelona, sede de los Juegos Olímpicos de 1992. “Ese acontecimiento cambió la imagen de mi país por completo. Antes de los Juegos, España aún tenía problemas para presentarse a sí misma como destino vacacional. Ahora, es uno de los principales destinos a nivel mundial”.
