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- Puebla, Pue. México.

Qué tal, iniciamos la semana con noticias que nos enorgullecen por el hecho de que Alfonso Cuarón haya puesto el nombre de nuestro país en alto al ser nominado y nombrado como el primer mexicano que logra un Óscar como mejor director por la película Gravity. Este premio que recibió Alfonso Cuarón, sin duda es un ejemplo para los millones de jóvenes de que cuando tenemos sueños hay que seguirlos hasta alcanzarlos…

     Inició la cuenta regresiva y los jóvenes han comenzado a definir la carrera que van a elegir, y que les dará el rumbo de su formación y destino académico, socioeconómico y en algunos casos hasta político.

     Como ya es tradición, las ferias o expos educativas se convierten en una especie de guía que permite a los estudiantes tener toda la información para analizar y decidir por cuál licenciatura se inclinarán, una vez que las instituciones han definido sus tiempos de admisión.

     Ante ello, uno de los retos que se tienen actualmente, no sólo en Puebla sino en todo el país, es lograr que un mayor número de jóvenes tengan la posibilidad estudiar una carrera profesional, meta establecida por el gobierno federal de lograr que la cobertura supere el 28 por ciento actual para llegar al 2018 con un 40 por ciento, es decir un millón de estudiantes más que se sumarán a la matrícula actual de 3 millones 600 mil universitarios.

     Pero el panorama no es tan alentador si vemos las cifras que se manejan en otras naciones, y es que de acuerdo a la OCDE, México es uno de los países que tiene un rezago importante en esta materia, comparado incluso con países de América Latina, que cuentan con porcentajes que nos ponen en lugares poco honrosos.

     A pesar de la meta de llegar al 40 por ciento en el 2018 en cobertura en educación superior, nuestro país seguiría muy por debajo de naciones como Venezuela que cuenta con un 44 por ciento de atención, y más atrás de Argentina que tiene una cobertura estudiantil del 60 por ciento.

     Peor aún, si nos comparamos con naciones de primer mundo como Estados Unidos, Nueva Zelanda o incluso Corea, cuyas cifras nos ridiculizan si vemos que los porcentajes van desde el 70 y hasta 90 por ciento.

     Hoy más que nunca, el Estado mexicano tiene que actuar con congruencia y con visión, debe poner énfasis en el crecimiento de la cobertura y dejar de jugar con porcentajes o cifras que nada benefician la imagen del país.

     Por decirlo así, el juego de los números, de las cifras y de los porcentajes se vuelven distractores sociales, cuando la realidad es otra. Un ejemplo de ello es la forma como el sexenio pasado al cierre de su gestión habló de un aumento del 33 por ciento en cobertura en nivel superior, cuando hoy el gobierno federal da cifras de un 28 por ciento, es decir 5 puntos menos de los reportado en el 2012.

     Sin duda la educación superior juega un papel fundamental en el engranaje nacional, por lo que es momento de que las autoridades legislativas, ejecutivas, educativas a nivel federal y estatal, sin la intensión de masificar las universidades e instituciones públicas de nivel superior como en el pasado, creen los mecanismos que garanticen que un mayor número de jóvenes puedan tener la oportunidad de estudiar una carrera profesional, que les garantice un bienestar laboral y económico en el futuro.

     La parte medular del crecimiento del país, tiene que ver con la inversión tanto en infraestructura académica, científica y cultural, ya que en la medida que se dé esto, las universidades públicas tendrán la posibilidad de incorporar en sus aulas a más jóvenes que serán los precursores del desarrollo nacional y la solución a los diversos problemas que se viven actualmente y que tienen en jaque a la sociedad mexicana.

     "Hasta el asunto aparentemente más nimio puede tener consecuencias extraordinarias. C´est la vie!" Alfonso Cuarón

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