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- Puebla, Pue. México.

Por Mtra. Yrut López Rodríguez

martesciencia01Con la aparición de la computadora y la llegada del internet, la sociedad de este siglo experimenta nuevas formas de interacción que llevan a adentrarse a una evolución científica y tecnológica, es así como la ciencia ficción ha sido superada en la actualidad, al alcanzar niveles de tecnología que solo era un sueño hace 30 años.

El concepto de la Inteligencia artificial (IA), surge por primera vez en 1956 con John McCarthy y la colaboración de Marvin Minsky y Claude Shannon y es Darmouth quien la define como la ciencia e ingeniería de “hacer maquinas inteligentes”. Tras el paso del tiempo, se encuentra que la definición se centra en que la IA “Es la ciencia de la computación, la disciplina que intenta replicar y desarrollar la inteligencia y sus procesos implícitos a través de computadora”.

A partir del inicio de la IA como la conocemos, la ciencia se ha enfocado en perfeccionar este sistema, y a través de un algoritmo puede ser descrito como una sucesión de eventos controlados con el fin de obtener la solución a un problema.

Ante esta particular definición se puede concretar que básicamente un algoritmo es empleado para obtener la solución a un determinado enigma, pero cuando dicho problema es repetitivo, un simple algoritmo es suficiente, pues las condiciones de entrada son muy similares y de la misma forma las opciones de salida alcanzan la misma tendencia. Cuando se habla de la implementación de la IA en un algoritmo se requiere contemplar una mayor flexibilidad ante las condiciones de entrada y las opciones de salida ofrecidas por dicho algoritmo.

Típicamente se considera a la I.A como un Software o algoritmo que ofrece soluciones en algún problema específico, pero contemplando rasgos de lo que llamamos inteligencia humana, dichos rasgos implican aprender de ciertas situaciones, razonar las opciones más eficientes, elegir opciones respecto a cierto criterio y elegir la decisión más adecuada y de alguna forma contener la esencia de una determinada realidad.

martesciencia02Cuando un algoritmo se encuentra impregnado de uno o varios de estos rasgos siempre tendrá la influencia de quien lo programe y su empleo tratará de satisfacer un tipo de solución flexible y relativamente autónoma.

Un ejemplo de un algoritmo con ciertos rasgos de inteligencia artificial será aquel que pueda evaluar y ejercer un juicio ante las acciones a tomar y considere las acciones y posibles soluciones que más convengan, esto implica una enorme cantidad de recursos para poder satisfacer el monitoreo de las variables de entrada y la evaluación de las posibles soluciones, y así ejecutar la solución más acertada y contemplar la acción tomada como un evento de aprendizaje a considerar al resolver futuros eventos similares.

Un algoritmo con I.A aplicado en IoT cuenta con la ventaja de poder acceder a masivas cantidades de información, estadísticas, predicciones, proyecciones e historiales de eventos y las soluciones ocupadas. Esta característica rebasa la limitante en la adquisición de datos de entrada, la evaluación de posibles soluciones y la comparación de soluciones adoptadas en eventos anteriores de alguna forma similares. Por consiguiente, la inteligencia artificial es una realidad, cuyos algoritmos se pueden entender en la vida diaria, impactando a lo que nos rodea por ejemplo en la economía, salud, educación, agricultura, etc.