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- Puebla, Pue. México.

Hola amigos, espero se encuentren bien y con muchos ánimos después de haber disfrutado de este puente.

Hoy quiero platicarles sobre un padecimiento que afecta a un porcentaje cada vez mayor de nuestra población, se trata de las enfermedades alérgicas.

Sí, gracias a las alergias no pocos de nosotros hemos  sido merecedores de apodos, ya que frecuentemente andamos con el moquito colgando o porque le andamos estornudando al prójimo en la cara o porque nuestros ojos parecen semáforos descompuestos en rojo o porque huimos a todos  los que usan perfumes o porque cuando nos ofrecen exquisitos postres con nuez o chocolate, decimos no gracias, es que me hacen daño, o bien cuando vamos a la playa de vacaciones babeamos por unos  exquisitos camarones y tenemos que conformarnos con solamente verlos y olerlos o porque no podemos tener en casa perros o gatos o no podemos sacudir a gusto.

saludPues estos son solamente unos cuantos ejemplos de alergias que comúnmente padecemos.

Empecemos definiendo al sistema inmune y sus funciones, este sistema es el policía de nuestro cuerpo se encarga de reconocer lo propio de lo extraño y de eliminar lo extraño.

Pues bien todas las células propias tiene un marcador en su superficie llamados antígenos de histocompatibilidad que le dicen a nuestro cuerpo que somos nosotros y que no debe montar una respuesta en contra nuestra.

Toda célula reconocida como extraña será eliminada por el sistema inmune, llámese bacteria, virus o algunos protozoarios, pero no solamente estas células, también las células cancerígenas serán reconocidas como peligrosas y serán eliminadas. Gracias a nuestro leal y eficiente sistema inmune estamos libres de infecciones y del cáncer, pero como dijera mi amiga Vicky “no hay mal que por bien no venga, ni bien que su mal no traiga”.

Este mismo sistema inmune también cuando se aloca y produce una “hiperrespuesta”  puede causarnos daño.  

Así cuando somos alérgicos a algo, se produce una gran cantidad de una inmunoglobulina llamada Ig E, la cual se pega a unas células específicas del sistema inmune y estas a su vez liberan histamina y otros mediadores que hacen que aparezcan los síntomas característicos como excesiva producción de moco, estornudos, comezón en la nariz, irritación en los ojos o en alguna mucosa o bien signos y síntomas más severos que incluso pueden causar la muerte como la anafilaxia.

Una persona puede presentar alergias a alimentos, al frío, al calor, a los medicamentos, al excremento de las cucarachas, al polen, a los pelos de las mascotas, a algunas plantas o árboles,  o al polvo, a estas sustancias se les llama “alérgenos”.

Se sabe que una persona puede ser alérgica  por factores genéticos o bien por factores ambientales. Las alergias se diagnostican frecuentemente mediante la inoculación en el brazo de los alérgenos y considerando la reacción que se presente, prevenir el contacto con tales sustancias.

Actualmente existe una teoría llamada “Teoría de la Higiene”  que plantea que si una está en contacto con microorganismos que sí causan daño mantenemos ocupado a nuestro sistema inmune y éste no se dedica a montar una respuesta contra lo propio, o sea dejemos que nuestros hijos bebés, se ensucien y chupen los objetos que se cayeron.

Esto explica por qué los niños de ciudad mejor conocidos como hijos del asfalto son alérgicos a todo y los pequeños mugrositos que andan descalzos en los cruceros o en el mercado difícilmente serán niños alérgicos o asmáticos. Bueno pues dejemos trabajar en paz de Dios a nuestro sistema inmune y gocemos más del contacto con la naturaleza y los bichos.