Una infección de transmisión sexual (ITS) es la que se transmite, aunque no en todos los casos, de persona a persona a través del contacto sexual.
Cuando escuchamos de la infección de transmisión sexual casi siempre pensamos en el Sida, pero eso no significa que no existan otras enfermedades sexualmente transmisibles. Claro que las hay, y si bien no son mortales como el VIH/Sida, algunas también son incurables.
Las infecciones de transmisión sexual están entre las más frecuentes en el mundo. Un reporte reciente de la Federación Internacional de Planificación Familiar, IPPF por sus siglas en inglés, muestra que hoy en día los jóvenes inician su vida sexual en promedio a los 14 años, por lo que no es de extrañarse que anualmente se registran más de 100 millones de nuevos casos de infecciones de transmisión sexual entre la población juvenil.
Podemos considerar que se debe a varios factores, uno de ellos es la falta de información sobre salud sexual que existe hacía y para la juventud, debido a que en algunos sectores sociales todavía el hablar de sexo es un Tabú o en el peor de los casos es un atentado a sus creencias religiosas.
Consideraciones importantes sobre las ITS
Debemos saber que cualquier persona, hombre o mujer puede contraer una infección de transmisión sexual (ITS), pero las mujeres son más propensas ya que biológicamente las mujeres jóvenes tienden a ser más susceptibles a contraer infecciones debido a que el calor y la humedad que existen en la vagina favorecen el crecimiento de microorganismos y si durante la relación sexual ocurren desgarramientos en el tejido que recubre a la vagina, dichos microorganismos tendrán fácil acceso al torrente sanguíneo.
También en las mujeres, una ITS puede extenderse hacia el útero y a las salpinges o trompas de Falopio provocando una enfermedad pélvica inflamatoria lo cual puede dejar una secuela en los órganos reproductores llegando a provocar infertilidad o riesgo de un embarazo ectópico, una condición muy peligrosa en la cual el huevo fertilizado se implanta fuera del útero.
Debido a los períodos de incubación de los agentes agresores, no siempre se perciben de inmediato los síntomas de una enfermedad de transmisión sexual, por lo que la infección puede llegar a propagarse y complicarse.
Los índices de ITS van en aumento, esto se debe a que hoy en día las personas comienzan a ser sexualmente activas en edades más tempranas, encontrando que dos terceras partes de las infecciones de transmisión sexual se registran entre personas menores de 25 años. A mayor número de parejas sexuales se tienen más posibilidades de contraer una ITS.
Infecciones de transmisión sexual más comunes
La gonorrea cada vez menos frecuente en la población y la que puede ser clínicamente diagnosticada en el hombre.
La clamidiasis que al ser ignorada puede producir esterilidad o en los casos en el que la paciente pudiese estar embarazada, el producto puede contagiarse al pasar por el canal del parto, provocándole una serie de enfermedades que complicarían su desarrollo normal.
En el caso de la tricomoniasis, otra de las más ITS frecuentes, se puede encontrar asociada con otro agente agresor y provocar también dispareunía. La vaginosis bacteriana es otra de las ITS que se encuentran asociadas con varios agentes enmascarando el cuadro clínico y por consecuencia el incurrir en un tratamiento equivocado. La candidiasis la más frecuente de ellas pero por fortuna la más rápida y fácil de tratar en la actualidad. La sífilis chancroide, ya muy rara, pero de suma importancia y complejidad en su cuadro clínico.
El papilomavirus genital merece un tratado aparte por la alta incidencia en la población sexualmente activa y por las serias complicaciones que pudiese producir según el tipo de virus involucrado. La hepatitis B que muy poco se le toma en cuenta para la vida sexual es otra patología a considerar El VIH/Sida que es ampliamente difundido en los medios y no por ello menos importante.
Medidas de prevención
Actualmente los tratamientos curan casi todas las infecciones de transmisión sexual y evitan que se propaguen, sin embargo, como lo dice una de las máximas de la salud, siempre es mejor la prevención que la cura.
Por desgracia, a pesar de los avances de la ciencia, la desinformación sigue siendo el principal enemigo para poder prevenirlas adecuadamente. Para evitar la propagación de las ITS sólo hay tres opciones:
Abstención o abstinencia sexual (???); Fidelidad o al menos tener el menor número posible de parejas sexuales durante la vida y el uso del preservativo.
Tratamiento
El médico, podrá determinar el tratamiento adecuado para cada caso en particular después de haber solicitado algunas pruebas. Si se cree que pueda estar infectado de una ITS evite tener relaciones sexuales y algo muy importante consulte a su médico lo más pronto posible para prevenir mayores riesgos y disminuir el número de personas infectadas.
Como siempre, a quienes dedicaron de su tiempo para esta lectura gracias.
Hasta la próxima.